“Vicente Rojo murió lleno de vida”
Arnoldo Kraus, su entrañable amigo y médico recuerda al maestro Vicente Rojo con la humildad característica de un grande en el mundo del arte
“Vicente Rojo murió lleno de vida”: Arnoldo Kraus
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México
Vicente era mi amigo y mi paciente, Vicente murió lleno de vida, así compartió el doctor Arnoldo Kraus la muerte de Vicente Rojo, a quien recuerda con tristeza y dolor, pero sobre todo con su característica humildad y esas ganas inmensas de vivir.
En entrevista para "Así las Cosas" con Gabriela Warkentin y Javier Risco, el doctor Kraus detalla la partida de su amigo a quien ayer por la mañana visitó en el hospital “lo encontré muy bien”, aun bromeó con él pues estaba lúcido, sin dolor y consciente, pero lamentablemente relata “Vicente Murió seis horas después de estar muy contento”.
Con esperanza recibió por la mañana la visita de sus familiares, “Vicente tenía una da ganas inmensas de vivir” asegura el doctor Kraus que días antes mostró a su galerista el esbozo de una nueva serie de cincuenta cuadros de pequeño formato, por lo cual asegura que “Vicente murió lleno de vida”.
Vicente está presente en incontables lugares de la ciudad, se ama a un autor aunque solo se le conozca por sus obras, él pintaba y escribía, era el dueño de la gráfica, pero tenía esa magia que poca gente grande tiene una ausencia absoluta de soberbia, un ser que se entregaba con absoluta humildad. Generoso con todo el mundo, se entregaba por el deseo humano de dar, afirma su amigo. “todo lo que irradiaba era luz y amor”.
Hijo de republicanos españoles anti franquistas, era un hombre que se crió en el dolor, su padre inmigro diez años antes, Vicente se quedó en Barcelona y solo se escribía él, lo conoció a los 17 años y en todo ese tiempo le enviaba dibujitos impulsado por su madre, de ahí nació su visión humanista, detalla Kraus.
Ël no tenía clientes, tenía amigos como él nombraba a quienes compraban sus cuadros, Para él hacer pintura, escultura, portadas de libros y diarios, lo hacía con pasión y el trabajar era no trabajar.
Su gran amor por la pintura y escultura se entregaba a esa amante con un amor absoluto y pasión. Él no tenía 89 años, tenía meno pues siempre tenía proyectos afirma Kraus, entre ellos el sexto libro en conjunto “Apología de la morada”, con textos de Kraus y pinturas de Vicente Rojo. Y quedó pendiente la “Apología del periódico”.
Su última anécdota con Vicente detalla Kraus fue llevarlo a una mega tienda a comprar chocolates que Vicente disfrutó como un niño.