Percepción de un incremento de sismos con epicentro en CDMX es errónea
Especialistas del Instituto de Geofísica señalan que desde el 2000, se han registrado al menos 266 microsismos con epicentro en la capital
Ciudad de México
A pesar de que podría parecer que se están produciendo más sismos en la Ciudad de México (CDMX) que en años anteriores, la realidad es que la cantidad de microsismos hasta la fecha se mantiene dentro de los límites esperados, pues desde el año 2000, el Servicio Sismológico Nacional ha registrado al menos 266 microsismos con epicentro en la capital mexicana, la mayoría de ellos imperceptibles para la población, aseguró
Luis Antonio Domínguez Ramírez, doctor del Instituto de Geofísica de la UNAM, quien instó a la ciudadanía a mantener la calma.
“Es comprensible que pensemos que hay más sismos en la CDMX debido a la frecuencia con la que se están produciendo, pero es una cuestión de percepción. Cada año se registran varios microsismos, que siempre han ocurrido”, señaló el especialista en modelación de propagación de ondas sísmicas.
Domínguez Ramírez descartó que el acelerado crecimiento inmobiliario en la capital tenga algo que ver con estos microsismos, aclarando que no es un factor contribuyente.
“Es un tema bastante debatido porque, en diferentes partes del mundo, los investigadores han observado que no es así. Sin embargo, hay casos excepcionales, como la construcción de la presa de las Tres Gargantas en China, que posiblemente activó fallas previamente inactivas. Pero la idea de que este tipo de actividad influya directamente es inusual”, explicó.
Según una investigación publicada en The Guardian, existen actividades humanas que provocan sismos como la minería, la extracción de energía geotérmica, el llenado de un embalse con agua, la inyección de residuos líquidos, la inyección de fluidos generados por el fracking y las propias actividades y métodos convencionales de extracción de gas y petróleo, sin embargo, no se ha demostrado que la edificación de viviendas tenga un impacto en estos movimientos telúricos.
Señaló que es importante tener en cuenta que la CDMX está construida sobre un antiguo sedimento lacustre, por lo que el constante hundimiento debido a los suelos blandos en la mayor parte de la capital ejerce presión sobre las fallas mencionadas, provocando sismos breves pero perceptibles, dada la densa población.
En este sentido, el experto de la UNAM puntualizó que estos microsismos se han sentido intensos “porque en los suelos blandos, el movimiento producido por un sismo es mayor. Otro factor importante a considerar es la distancia al epicentro y la profundidad”.
A partir de esta explicación, el sismo ocurrido el 10 de mayo en Magdalena Contreras fue percibido como muy intenso por algunos ciudadanos, “dada su proximidad al lugar de origen y su poca profundidad”.