En México la exclusión educativa es también selectiva: especialista
El reto es reconocer la riqueza en la diversidad, SIPINNA.
México tiene uno de los sistemas educativos más grandes del mundo y el tercero en América Latina, 35 millones de estudiantes en 2018-2019 a cargo de un millón 600 mil profesores y profesoras pero este gran sistema refleja la exclusión y la desigualdad que son parte de nuestro paisaje nacional, sostuvo la especialista en Educación, Silvia Ortega.
Al participar en el conversatorio virtual “Educación Inclusiva, Protección de niños, niñas y adolescentes para construir paz” organizado por el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes por Sylvia Ortega refirió que tan sólo en el ciclo escolar 2010-2011 hubo 4.9 millones de niños, niñas y jóvenes que no iban a la escuela; en el ciclo escolar 2015-2016 se redujo ese número en 100 mil, 4.8 millones de niñas y niños de entre 3 y 17 estaban fuera de la escuela. Es decir un millón 100 mil niñas y niños que dejan la escuela cada año, reveló Sylvia Ortega quien agregó que en nuestro país la exclusión educativa es selectiva.
“Pero está exclusión es selectiva desde luego, déjenme decirles 80 por ciento de los hijos de los jornaleros agrícolas migrantes no van a la escuela; 44 por ciento de las niñas y niños con discapacidad a pesar de todo están fuera de la escuela, un 36 por ciento de niñas, niños y adolescentes indígenas y 30 por ciento de quienes habitan en las zonas rurales”, destacó la especialista.
A pesar de eso 84 mil niños de primaria, 300 mil de secundaria y un escandaloso monto de 700 mil niños y niñas que deberían estar en la media superior o que habían llegado abandonan la escuela y quedan excluidos la mayoría por cuestiones educativas y económicas agregó Sylvia Ortega.
“Hay un modo de estar incluido pero excluido y eso tiene que ver con lo que aprendes, si no aprendes bueno pues a lo mejor ahí estás pero estas de facto excluido, esta distribución del logro educativo de los aprendizajes está igualmente desequilibrado y distorsionado tienen que ver con el nivel de ingreso de la familia de la que se procede, tiene que ver con el grado de marginación de la zona en la que vive, con la escolaridad de los padres particularmente de las madres y con la resistencia rural o el tamaño de las comunidades en aislamiento”, lamentó la especialista en Educación.
En su oportunidad el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes Ricardo Bucio Mújica, dijo que a pesar de todas esas barreras la escuela no agota el derecho a la Educación y que el reto de una Educación inclusiva no solo requiere una enorme cantidad de cambios en el sector educativo sino también en la sociedad.
“No se puede incluir sino se reconoce la diversidad como una riqueza además no sólo se reconozca la existencia que en eso hemos avanzado legalmente en este país llevamos 20 años haciendo una cantidad de leyes enormes y de instituciones que reconocen situaciones y condiciones diversas pero una cosa es reconocerlas y otra cosas es aceptar que son una riqueza, que nuestra sociedad, que nuestras comunidades que las escuelas, las aulas son ricas si son diversas y en realidad si no lo son se empobrecen ya tienen un mecanismo de empobrecimiento”, apunto el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes.