A siete años de la Guardería ABC

México

 Por: Mónica Romero

7 años han pasado desde ese 5 de junio que estremeció a Hermosillo, Sonora, cuando se registró un incendio en la Guardería ABC, en el que perdieron la vida 49 niños y más de cien resultaron heridos.

Hoy, 2 mil 555 días después, no se ha ejecutado ninguna sentencia en contra de quienes han sido señalados como probables responsables.

Decenas de marchas, la intervención de la Corte, manifestaciones y huelgas de hambre no han sido suficientes para que se haga justicia.

Únicamente a 22 personas se les siguió proceso penal, dos ya fueron absueltas y las otras 19 fueron condenadas a penas que van de los 18 a los 29 años de prisión, ninguna de estas es funcionario de alto nivel y ninguna está en prisión, pues recurrieron al recurso de apelación, aún les resta la posibilidad de un amparo, e incluso de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, procesos que podrían durar varios años.

Pero, más allá de la lucha legal para exigir justicia, los sobrevivientes y los padres de las víctimas has seguido con su vida.

Tal es el caso, de la pequeña Dana Paola, quien al momento del incendio tenía dos años, hoy tiene nueve, ella tuvo el 54% de su cuerpo quemado, hoy es una verdadera guerrera, va a la escuela, sigue sometiéndose a operaciones para que le coloquen injertos y además, lucha cada día para lidiar con el trato de otros niños que no siempre comprenden lo que le sucedió.

Sostiene Marisol Montaño, mamá de Dana Paola.

“Todo el tiempo estamos con el que dirán, que apodo le pondrán , es duro porque la escuela es lo más pesado para ellos, los apodos, que el niño se burló de mí, las quemaduras todo eso es visible.”

También opina Adriana Villegas, mamá de Héctor Manuel Robles, un pequeño de diez años, tenía tres al momento de la tragedia, fue el niño sobreviviente que más quemaduras tuvo, desde ese 5 de junio hasta hoy ha sido sometido a 19 intervenciones quirúrgicas, es un niño muy valiente, actualmente practica taekwondo y su sueño es ser jugador de fútbol profesional.

Comenta Adriana Villegas.

“Púes él es de los hombrecitos que quedaron vivos, es de los más afectados, él tiene casi el 60 por ciento de su cuerpo injertado, son extremidades, son los dos brazos completos las dos piernas completas, rostro, cráneo y empeine injertado, está bien, está tratando de hacer su vida normal, que es lo que tratan de hacer los médicos del hospital, siempre dejarlos de tal manera que ellos se puedan atender por si solos, pero sabes que nunca quedan al cien.”

En Hermosillo la temperatura en primavera y verano llega a superar los 45 grados centígrados y eso es algo a lo que también se acoplan los pequeños sobrevivientes.

Comenta Adriana Villegas.

“Todos esos niños que ya tienen injertos, su temperatura corporal cambia, ocupan un ambiente muy refrigerado, de hecho la casa está muy refrigerada, ocupan bloqueadores, protectores sus gorritas, ya trajes especiales no, por el tipo de piel que ya se está restableciendo pero si cuidados muy especiales.”

Otro ejemplo de valentía, es el de Isaura Losoya, mamá de Dafne Yesenia, quien falleció en el incendio y de Kevin Isaac, uno de los pequeños sobrevivientes, quien a siete años del incendio, se encuentra fuerte.

“La veo a pesar de todo, me platica todo tan como si no hubiera pasado nada, le digo, nada más imagínese que pierde a su bebé, se muere, o sea yo estoy a la mejor muerta en vida, y que me ha traído resucitada si se puede hablar de una resurrección, el amor de Dios, nada más.”

Hubo casos de niños a los que hace siete años los médicos no les daban esperanza de una vida digna, y hoy hablan, corren y juegan, como es el de Dana Paola.

Habla su padre, Francisco Javier.

“Mi niña está muy bien gracias a Dios, ha progresado muy bien, a pesar de lo que nos dijeron en el hospital, de que mi niña sufrió lesiones en el cerebro por el humo que inhaló, mi niña no iba hablar no iba a caminar, me iba a quedar una niña de 7 meses, ahorita ella ya habla todo, casi camina no camina sola porque tiene miedo, pero básicamente es la misma.”

Hermosillo aún espera justicia, el dolor se ha manifestado de distintas maneras, los padres se han puesto en huelga de hambre, se han tatuado el nombre de sus hijos fallecidos, crearon organizaciones como la Cinco de Junio, Manos Unidas y Salud y Justicia.