Jacinta, por fin en casa
El camino a casa nunca fue tan largo, pero tres años encerrada en la cárcel le parecen demasiado cortos cuando se trata de recorrer las tres horas que le faltan para llegar a su pueblo

Jacinta, por fin en casa
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Por Rosario CarmonaEl camino a casa nunca fue tan largo. Pero tres años encerrada en la cárcel le parecen a Jacinta Francisco Marcial demasiado cortos cuando se trata de recorrer las tres horas que le faltan para llegar a su pueblo y reencontrarse con sus hijos, con la vida que dejó
Un aguacero le da la bienvenida. De entrada reconocer un árbol que dejó recién sembrado y que ahora es enorme, empieza el recuento, el reencuentro
Saludó a sus hijos menores con un abrazo interminable y ni siquiera se había sentado cuando las vecinas llegan. Un paquete de tortillas y un guiso de habas son el regalo que acompaña la sonrisa, el abrazo
Y aunque los primeros recibimientos son afortunados, Jacinta teme volver al mercado, al puesto, a la escuela a vender sus dulces, porque le da pena que la miren feo. Por ahora se refugia en sus cientos de cartas de amigos desconocidos
Su nuera, Erika llega con sus nietos más pequeños va y el encuentro va cargado con nostalgia, con aquellos recuerdos que son los que más le duelen a Jacinta, que su nuera fuera detenida con engaños y encerrada en la cárcel dejando a sus tres niños solos, separados
Que te acusen de secuestrar a 6 policías porque tu foto aparece en el periódico es una experiencia desafortunada que le cambia la vida a cualquiera, eso dice Jacinta que al volver a casa lo primero que hace es colocar una imagen de la virgen de Guadalupe en su altar que acumula más de 10 posters, fotos y recuerdos con el mismo rostro
Me enseña las fotos pegadas en la pared, la mayoría son de sus hijos cuando eran niños, y de ella cuando iba a las peregrinaciones. Luego se encamina a la cocina y se pone a guisar como si nunca se hubiera ido, como si fuera ella, la misma de nuevo
Pasó la primera prueba, el regresar a su espacio, ahora sigue, festejar.