Voguing: El baile de los marginados que emergió del Inframundo
Voguing es el baile de los que no tenían lugar. Nació en el inframundo para hacer ruido, y reclamar su espacio.

Voguing at Mars / Catherine McGann
Hay cosas que tienen que bailarse, sin más, porque el lenguaje verbal no alcanza. El voguing es una de ellas. No nació en un salón de ballet ni en un estudio. Surgió en clubes subterráneos de Harlem, en salones paupérrimos, donde la comunidad negra y latina LGBTTTIQ+ levantaba su propio refugio mientras el mundo insistía en dejarlos fuera.
El nombre viene de Vogue, la revista que entonces representaba un mundo al que ninguna de esas personas podía acceder. Clasismo, racismo, homofobia crecientes, empaquetados en un combo aniquilador. Decidieron recrear su versión, feroz y libre. Posar como modelos no era juego sino declaración. Buscaron que nadie les negara el acceso a eso que no tenían. Dilema existencial de una comunidad acaso marginada.
Con el tiempo, el baile que empezó como un desafío se volvió disciplina. Las posiciones se refinaron, los giros se multiplicaron, los pasos adquirieron identidad. Se dividió en estilos: el Old Way, marcado por líneas geométricas y precisión; el New Way, contorsiones que desafían la física; el Vogue Fem, una oda a la feminidad descarada que lo mismo se arrastra que se desploma con teatralidad absoluta.
Nada en este baile es gratuito. Cada paso es memoria. Las caídas son victorias ganadas
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El vogueo en la UNAM (o cerca)
La Universidad Nacional Autónoma de México no ofrece un programa académico exclusivo de voguing. Pero eso no significa que no se cuele por sus grietas, como siempre, entidad disruptiva que desafía al sistema y no precisamente por su carácter institucional sino por la comunidad estudiantil que no da tregua alguna a casi nada. En la Facultad de Artes y Diseño, de vez en cuando, se imparten talleres que lo abordan como práctica performativa. También en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, donde la Semana de la Diversidad Sexual suele traer sesiones abiertas y encuentros con casas de vogue.
A falta de una licenciatura formal, la ciudad se convierte en la mejor escuela. En CDMX existen colectivos que enseñan más que técnica: transmiten genealogía y contexto. Nombres como House of Apocalipstick, Kiki House of Pink Pony y Vogue México organizan clases que funcionan como trincheras donde se baila, se aprende y se afila.
Las canciones
Si el voguing tuviera un decálogo, su banda sonora sería indispensable. No todas las canciones aguantan el mismo voltaje. Algunas están hechas para dar la cara, otras para batallar sin piedad.
- Madonna – Vogue.
- Masters at Work – The Ha Dance.
- Kevin Aviance – Cunty.
- Vjuan Allure – The Ha Dub Rewerk’d.
- Rupaul – Call Me Mother.
- MikeQ – Feels Like.
- Azealia Banks – Fierce.
- Kevin JZ Prodigy – You Better Work.
Los creadores
El voguing no es de un solo nombre. Son varios que lo sostienen en la memoria como Willi Ninja, fundador de la House of Ninja, gracias a él, queda de manifiesti que un bailarín de ballroom lo tiene todo para enseñar con disciplina de academia.
También Dorian y Leiomy Maldonado, apodado la Wonder Woman del Vogue. Se encuentran también Kevin JZ Prodigy y Javier. Luis Xtravaganza bailando con Madonna.

NEW YORK - 1988: Drag ball in 1988 in New York City, New York. (Photo by Catherine McGann/Getty Images) / Catherine McGann