Dantesco presenciar el narcobloqueo en Jalisco

Ricardo, un ciudadano común, viajó ayer con su hija de ocho años de la ciudad de México a Jalisco, sin imaginar la odisea que viviría con los bloqueos de grupos criminales que provocaron que su llegada a Guadalajara se prolongara por varias horas.

“Se dio un paro total de vehículos, se veía una columna de humo, la gente comenzó a regresarse en sentido contrario, era un panorama dantesco, vehículos quemados, en la carretera y en los campos”, así compartió su testimonio en el espacio de “Así las Cosas” con Gabriela Warkentin, Ricardo, quien afortunadamente pudo sobrevivir junto con su pequeña a un embate más del crimen que ha permeado en México.

Fue en la caseta de La Piedad, dijo, cuando pudo colocarse detrás de una camioneta de la Fiscalía del estado; sin embargo, pudo presenciar la quema de vehículos, “atrás de nosotros incendiaron otro camión”.

“Me preocupaba mi hija, le dije que viniera tranquila comenzamos a oír detonaciones, le dije que se acostara en el piso de la camioneta para que no estuviera expuesta… la columna de humos e hizo grande estuvimos ahí varios minutos, a lo lejos vi una iglesia en donde también se vio humo, al igual que en el distribuidor vial, eran vehículos que se estaban quemando”.

“Apliqué la de “La vida es bella”, recordé aquella película en donde en un momento tan difícil el padre hace las cosas como un juego”, porque la policía local “pasó como en kermés”.

“La Guardia Nacional llegó, venían mejor parados, en tres columnas dos oficiales me tranquilizaron, ellos venían con dos metralletas de grueso calibre y sus cargadores, una escena que jamás hubiera imaginado vivir”.

“Me sentí más tranquilo cuando el matrimonio de al lado me dijo mira, ya llegó el Ejército, llegaron con vehículos blindados, hicieron un operativo, me sentí muchísimo más seguro con la presencia del Ejército”.

—  Reconoció el sobreviviente.

Rezar, fue lo que les quedó a los tripulantes de una camioneta, personas que regresaban de su trabajo decidieron bajar del vehículo y rezar el rosario, a ellos se unió una mujer que comenzó a cantar alabanzas, “ahí estaba la presencia de Dios”.

Y aunque poco a poco las autoridades de seguridad comenzaron a tomar control del sitio, su trayecto fue un viacrucis, al que expuso a su hija, por lo que su recomendación es “Hay que cambiar el concepto de viaje y llevar comida, no sabemos lo que puede pasar en el trayecto”.