El misterioso proceso de elegir al papa: ¿Cómo sucede?
La elección del nuevo líder de la Iglesia Católica es un proceso solemne y secreto, en el que los cardenales del mundo votan en la Ciudad del Vaticano para designar al sucesor de San Pedro, considerado el representante de Dios en la Tierra.

Humo blanco en El Vaticano, simboliza que hay nuevo papa. / Jeff J Mitchell
Una multitud se congrega en la Plaza de San Pedro en El Vaticano. Son centenares y se encuentran expectantes. Han esperado el anuncio por dos largas semanas. Se trata de los fieles católicos que se han reunido en este lugar para recibir al nuevo papa, quien aún no ha sido elegido.
Entonces sucede. Una columna de humo blanco se eleva en el cielo desde las bóvedas de la Capilla Sixtina. Es el 13 de marzo de 2013, y los medios de comunicación dan la noticia que ya ha dado la vuelta al mundo: es oficial, hay papa.
Efectivamente, tras la renuncia del papa Benedicto XVI se había elegido a un nuevo pontífice, Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio.
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El proceso de selección se llama cónclave, y consiste en una votación entre los miembros del Colegio Cardenalicio. Solo aquellos menores de 80 años pueden votar y ser votados. El resto, es decir, los de mayor edad, desempeñan funciones de consejería espiritual.
El humo blanco significa que se ha elegido un nuevo papa, y es el resultado de las papeletas quemadas después de la votación de los cardenales. La tradición sostiene que este acto final que sella la elección de un nuevo pontífice, se remonta a los tiempos de Jesucristo.
LA SUCESIÓN PAPAL Y LA ELECCIÓN
Con la muerte o dimisión del papa, todos los miembros del Colegio Cardenalicio deben asistir a la elección, excepto aquellos que superen el límite de edad o enfrenten problemas graves de salud.
Tras la declaración de la Sede Vacante, el proceso de sucesión papal, conocido como cónclave, inicia entre 15 y 20 días después de la muerte del papa, permitiendo que todos los cardenales tengan tiempo de viajar a la Ciudad del Vaticano.
Una vez reunido el Colegio Cardenalicio, sus miembros son aislados en la Capilla Sixtina hasta elegir un nuevo papa. Durante la ceremonia de clausura, los cardenales juran mantener la confidencialidad del cónclave, un principio esencial para garantizar la pureza del proceso. Así que el secreto sea parte elemental de la votación, y solo un grupo reducido tenga permitido el contacto con los participantes.
PREESCRUTINIO Y POSTESCRUTINO
Durante el preescrutinio se organizan y distribuyen las papeletas, además de designar a los responsables de recoger y contabilizar los votos.
En el postescrutinio, los sufragios se tabulan, reafirman y luego se queman.
La primera votación tiene lugar el primer día del cónclave. Si no se elige a un nuevo papa, se pueden realizar hasta cuatro votaciones diarias, incinerando después las papeletas sin éxito.
Si después de tres días de votaciones no hay resultado, los cardenales dedican un día completo a la oración y la reflexión. Si este ciclo de cuatro días se repite siete veces sin una decisión, solo los candidatos con mayor respaldo participan en la siguiente votación.
FUMATA NEGRA, FUMATA BLANCA
Las fumatas son la quema de papeletas y la señal que se da al público de lo que ha estado ocurriendo al interior de la Capilla Sixtina durante el cónclave: si el humo saliente es de color negro, no hay papa electo; si es blanco, ha sido elegido un nuevo papa.
Para que este humo pueda verse desde la Plaza de San Pedro, se instalan una estufa y una chimenea provisionales antes de que de inicio el cónclave.
A lo largo de la historia, El Vaticano ha empleado diversos materiales para generar el humo que anuncia el resultado del cónclave. Inicialmente, utilizaba paja húmeda para producir el humo blanco y brea alquitranada para el negro. En tiempos más recientes, se ha incorporado compuestos químicos como clorato potásico, lactosa y resina de conífera para el humo blanco, mientras que el negro se obtiene con percato potásico, antraceno y azufre.
LA ELECCIÓN PAPAL EN LA ANTIGÜEDAD
En el siglo XI los papas eran elegidos por la opinión popular entre el clero y los fieles. Aquel proceso resultó en elecciones controvertidas y el surgimiento de los antipapas, sujetos que buscaban la sede papal con falsas pretensiones.
En el año de 1059 el papa Nicolás II promulgó un decreto en el que establecía que el proceso de selección de los papas tenían que llevarlo a cabo únicamente los cardenales obispos.

Cardenal en el Vaticano / Alessandra Benedetti - Corbis