Pueblos mágicos cerca de CDMX, que no son Tepoztlán
Estos pueblos mágicos no están tan retirados de la ciudad y son perfectos para pasar un fin de semana.
México
Agarra las maletas, ponle gasolina al coche y lánzate a explorar estos Pueblos Mágicos cerca de CDMX ¡Buen viaje!
>Destinos pet friendly cerca de la CDMX
Tepoztlán, Morelos
Desde CDMX, en coche: hora y media
Cuenta con clima cálido. Puedes subirte al Tepozteco, beber cerveza y comprar artesanías en la plaza, darte un ritual de temazcal, un chapuzón en la alberca o una clase de yoga.
Valle de Bravo, Estado de México
Tiempo en coche: hora y media desde CDMX
Tiene una laguna enorme donde te puedes dar un paseo en bote o velero. Su plaza y kiosco son imperdibles, en realidad todo el pueblo lo es; no deja de tener ese aire rústico mexicano que buscamos los chilangos al salir de nuestra amada ciudad.
Tequisquiapan, Querétaro
Desde CDMX, Dos horas y media en coche.
Hay balnearios, aguas termales y restaurantes donde se come rico. Lo mejor de todo es que hay buenos vinos y buenos quesos (de las mejores producciones del estado), así que puedes armar tu propia fiesta en casa.
El Oro, Estado de México
Distancia desde CDMX, en coche: dos horas
Por qué tan mágico: Es un antiguo pueblo minero, aunque su principal atractivo –el que lo convierte en uno de los Pueblos Mágicos cerca de la CDMX que valen la pena– es la presa Brockman, en medio del bosque de pinos y cedros. El escenario es espectacular –sobre todo con el inmenso espejo de agua– para acampar, hacer picnics, hiking, bici de montaña, pescar y otras actividades al aire libre. Te puedes hospedar en cabañitas o en bungalows.
Tlayacapan, Morelos
En coche: hora y media de la CDMX
Principales atractivo: el ex Convento de San Juan Bautista, declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996, y los chinelos, personajes con máscaras que nacieron con la intención de ridiculizar a los conquistadores, que bailan y brincan en las calles y que se han convertido en una de las tradiciones morelenses más arraigadas.
Real del Monte, Hidalgo
Distancia desde CDMX, en coche: dos horas
Sus calles adoquinadas con arquitectura colonial, casas de colores y atardeceres cálidos. Ve con zapatos cómodos porque este pueblo se camina y algunas de sus calles son empinadas. La barbacoa, las gorditas, el pulque y sobre todo el ximbó, un guiso tradicional de pollo, cordero, res, pescado o puerco con nopales, adobo y cocido entre pencas de maguey en horno de tierra.
Zacatlán, Puebla
Desde la CDMX en coche: tres y media horas
Sus vistas son simplemente hermosas, es casi como estar entre las nubes, pues se encuentra en la parte alta de la sierra. Date una vuelta por la Barranca de los jilguerillos, pues tienen un puente de cristal donde te sentirás volando en el aire.
San Sebastián Bernal, Querétaro
Distancia desde CDMX, en coche: tres horas
Su principal atractivo es La Peña, que puedes subir escalando, a rapel o caminando mientras contemplas la vista desde las alturas. La comida es uno de sus principales atractivos: debes de probar las famosas gorditas martajadas (con masa gruesa y crujiente), las enchiladas serranas con cecina, los nopales santos y la típica barbacoa de borrego.
Huasca de Ocampo, Hidalgo
En coche: dos horas y media desde CDMX
Cuentan las leyendas que los gnomos cuidan los bosques que rodean a los prismas –parte de esta creencia llegó con los ingleses que migraron a esta zona del país para trabajar las minas–. Si quieres saber más de estas leyendas, visita el museo de los duendes. Puedes pasar un día en el parque, recorrer los prismas, andar a caballo, lanzarte de la tirolesa y comer antojitos hidalguenses. También puedes explorar las haciendas de Santa María y San Miguel Regla.
Angangueo, Michoacán
Distancia desde CDMX, en coche: tres horas
Es uno de los hermosos lugares de Michoacán a los que llegan las mariposas monarca. De hecho, el santuario que está en este pueblo fue declarado como Patrimonio de la Humanidad. Puedes acampar en el bosque bajo las estrellas en la sierra, hacer senderismo, birdwatching, lanzarte en la tirolesa o andar en bici y respirar un aire puro que no tenemos en CDMX.
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