¿Humanidad o armas nucleares? Una u otra”: ICAN
Jans Fromow Guerra, miembro de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2017 aseguró que desde la Guerra Fría ha disminuido la cantidad de armas nucleares en el mundo pero aún queda mucho por hacer
En entrevista para Así Las Cosas, con Gabriela Warkentin y Javier Risco dijo que ICAN se fundó en 1980 Y está dedicada a la prevención de la guerra nuclear a través de diferentes estrategias diplomáticas y de investigación.
“Podemos pelearnos por muchas cosas, nuestros problemas económicos, locales, pero lo más importante es subsistir para poder discutirlos”.
El académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México explicó que “en forma más reciente junto con varios gobiernos de varios países, empezamos a impulsar unas conferencias sobre el impacto catastrófico de las armas nucleares.
México levantó la mano organizando la segunda en Nayarit, tuvimos participación muy activa, fueron conferencias muy útiles ya que había representantes directos y sociedad civil en el mismo salón, mostrando toda la base científica”.
La situación actual en el mundo, el conflicto de EEUU y Corea del Norte es un conflicto grave ya que como lo he comentado muchas veces, tiene muchas décadas que no se estaban amenazando con armas nucleares.
Llevamos décadas de guerra, pero las armas nucleares eran de último recurso y ahora se amenazan con armas nucleares, esto es un cambio de discurso muy grave pero también hay que verlo como un tema para poner sobre la mesa.
<em>“No puede coexistir la humanidad y las armas nucleares. La escala de valor está alterada y la escala de valor tiene que ser la preservación última de la vida”.</em>
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Las armas nucleares obviamente son hechas por los gobiernos, las tienen los gobiernos. Actualmente hay 15 mil armas nucleares distribuidas en países, de las que mil 800 están en disparo automático de alerta máxima, listas para ser disparadas en cuestión de segundos.
Fromow manifestó que “el Nobel nos da un gusto enorme por muchas causas, la primera inmediata porque es un reconocimiento, un adeudo presente a las víctimas de explosiones nucleares”.
Explicó que los hibakusha es un nombre que se les da a los sobrevivientes de las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki, personas de la tercera edad que están de manera muy activa. Uno vive en México, en San Miguel de Allende.
Víctimas de los sitios de prueba, no debemos hacer pruebas porque hay enfermedades. Hay una enfermedad radiactiva en agua porque los elementos radioactivos se iban a los corales o al plancton.