Jared Isaacman: la apuesta de EE. UU. para volver a la Luna “antes que nuestro gran rival”
Jared Isaacman, nominado por Trump para dirigir la NASA, afirmó ante el Senado que Estados Unidos debe volver a la Luna “antes que nuestro gran rival”, en referencia directa a China.

Senate Commerce 4/9/25 / Tom Williams
La nominación de Jared Isaacman para dirigir la NASA se ha convertido en un mensaje político y estratégico: Estados Unidos quiere regresar a la Luna antes que China. Esa es la línea que el empresario y astronauta privado ha subrayado en el Senado, donde enfrenta su segunda audiencia de confirmación tras haber sido retirado del proceso hace unos meses.
“América volverá a la luna antes que nuestro gran rival”, declaró Isaacman frente a los congresistas, aludiendo a una nueva carrera espacial donde el principal competidor es China.
El punto de partida hacia Marte
Isaacman, fundador de Shift4 Payments y figura central en el auge del vuelo espacial comercial, sostiene que la exploración lunar debe recuperar carácter de prioridad nacional. En su intervención más reciente ante legisladores, advirtió que el país “no puede permitirse ceder” el liderazgo en un terreno que hace medio siglo definió la supremacía tecnológica estadounidense. Para ello, plantea acelerar el programa lunar y establecer una presencia humana persistente en la superficie, concebida como punto de partida hacia Marte y misiones de espacio profundo.
Su propuesta se articula en tres ejes: reforzar el calendario de Artemis, incrementar la inversión en tecnologías avanzadas, entre ellas la propulsión nuclear y los sistemas de energía de superficie, y estrechar la colaboración con el sector privado, modelo que él mismo encarna tras comandar Inspiration4 y Polaris Dawn, las dos misiones civiles más relevantes de SpaceX.
El liderazgo y la experiencia de Isaacman
El mensaje es claro, si Estados Unidos quiere llegar primero, necesita combinar la capacidad pública de la NASA con la eficiencia y el ritmo del sector comercial. Esa visión ha obtenido respaldo de organizaciones espaciales que consideran que la agencia requiere liderazgo con experiencia operativa en misiones tripuladas y conocimiento técnico directo.
Pero el impulso también despierta inquietudes. Legisladores y científicos advierten que un administrador con vínculos estrechos con empresas privadas podría inclinar decisiones clave hacia intereses comerciales. Otros señalan que la prisa por adelantarse a China puede desplazar investigaciones científicas esenciales de largo plazo o comprometer estándares de seguridad.
Un perfil trumpista
Aun así, la nominación de Isaacman reabre una disputa más amplia, la de quién marcará el paso en la nueva carrera lunar. Para la administración Trump, su perfil simboliza una estrategia agresiva para recuperar protagonismo. Para sus críticos, representa un giro hacia una NASA más dependiente de intereses corporativos.
El Senado tendrá la última palabra. Lo que está en juego no es solo quién dirige la NASA, sino la velocidad y el enfoque con el que Estados Unidos buscará volver a la Luna antes que su “gran rival”.

NASA Headquarters In Washington DC / Kevin Carter




