Super-Agers: la combinación genética que desafía al envejecimiento
El médico y especialista en biología molecular Iván Martínez-Duncker explica qué hay detrás de los llamados Super-Agers: personas mayores de 80 años con una salud física y mental comparable a la de alguien décadas más joven.

A nivel genético, los investigadores han identificado variantes asociadas con mejor respuesta inmune, menor inflamación y mayor capacidad de reparación celular / FG Trade Latin
El término Super-Ager se usa para describir a personas mayores de 80 años que mantienen una memoria, movilidad y claridad mental propias de alguien mucho más joven, y que además llegan a esa edad sin padecer las tres enfermedades más comunes asociadas al envejecimiento: cáncer, eventos cardiovasculares y demencia.
De acuerdo con el doctor Iván Martínez-Duncker, director del Laboratorio de Glicobiología Humana y Diagnóstico Molecular de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, los estudios recientes sugieren que esta condición es el resultado de una combinación de genética protectora y buenos hábitos de vida.
El papel de la genética en el envejecimiento
Martínez-Duncker señala que los Super-Agers presentan una biología cerebral más resistente al paso del tiempo. Su corteza cerebral se mantiene más gruesa y sus zonas de memoria sufren menos atrofia que las de otras personas de su edad.“En términos simples, su cerebro envejece más lento”, explica.
A nivel genético, los investigadores han identificado variantes asociadas con mejor respuesta inmune, menor inflamación y mayor capacidad de reparación celular, factores que contribuyen a una longevidad saludable.
Polimorfismos y riesgo genético
El especialista aclara que todos los seres humanos tienen pequeñas variaciones genéticas llamadas polimorfismos, las cuales influyen en rasgos tan diversos como el metabolismo, la respuesta a medicamentos o la predisposición a enfermedades.
Hoy es posible calcular los llamados polygenic risk scores (PRS), una herramienta que evalúa la suma de cientos de variantes genéticas para estimar el riesgo total de desarrollar enfermedades como Alzheimer, cáncer o infartos.
Los estudios muestran que los Super-Agers tienden a tener menor carga genética de riesgo en comparación con la población general, lo que refuerza la hipótesis de una base biológica para su envejecimiento más lento.
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Genética y estilo de vida: una alianza decisiva
Sin embargo, Martínez-Duncker subraya que la genética no lo explica todo. Factores ambientales y de estilo de vida como la actividad física, una alimentación rica en fibra y vegetales, el sueño adecuado y la vida social activa también desempeñan un papel crucial.
Aunque aún no existe un “gen de la longevidad”, la ciencia avanza en comprender cómo ciertas combinaciones genéticas y estilos de vida promueven una biología más joven y resistente al deterioro.



