Perder peso después de los 30: La edad no perdona pero tampoco es excusa
Entiende las razones detrás del metabolismo más lento y los cambios hormonales, y aprende cómo combatirlo con hábitos inteligentes

¿Por qué es más difícil perder peso después de los 30?
Sabemos que no es tu imaginación: sí, después de los 30 bajar de peso se vuelve más complicado. Y no, no es porque “ya no te eches la misma friega que en tus veintes” (aunque eso también influye). Aquí te contamos, con peras y manzanas, qué pasa en tu cuerpo y por qué la báscula de repente parece no quererte tanto como antes.
El doctor Nicolás Mier y Terán, licenciado en nutrición y especialista en Sobrepeso y Obesidad con más de 10 años de experiencia, estuvo con Martha Debayle en W Radio y nos compartió tips para poder entender nuestro cuerpo después de los 30.
¿Qué pasa en el cuerpo después de los 30 que se vuelve difícil bajar de peso?
A medida que nuestro cuerpo envejece, diversos factores, como los cambios hormonales, la pérdida de masa muscular y el metabolismo más lento, empiezan a jugar en contra. Si sientes que todo lo que hacías antes ya no funciona, no te preocupes:no es un mito ni una excusa.
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- El metabolismo ya no es el mismo
Desde los 30, el metabolismo empieza a bajar el ritmo. ¿Qué significa esto? Que tu cuerpo quema menos calorías en reposo. Lo que antes te costaba una ida al gym ahora te cuesta tres sesiones y una dieta. Así que no estás exagerando: sí te cuesta más trabajo.
- Adiós masa muscular, hola pancita
Con los años, perdemos músculo. Y el músculo es lo que más calorías quema, incluso cuando estás viendo Netflix. Menos músculo es igual a menos quema de grasa. Y si no estás haciendo ejercicio de fuerza, la balanza se va inclinando pero hacia el lado que no quieres.

Perder peso después de los 30 / nimis69
- Las hormonas se ponen rebeldes
Después de los 30, tus hormonas (como la insulina, el estrógeno o la testosterona) comienzan a cambiar. ¿La consecuencia? Puedes acumular más grasa, sobre todo en el abdomen, y tener más antojos o sentirte hambriento (a) todo el tiempo.
- Estilo de vida más sedentario
Entre el trabajo, la casa, los hijos o simplemente el cansancio, te mueves menos. Y eso impacta directo en tu gasto calórico. Si comes lo mismo pero te mueves menos, las cuentas no van a cuadrar.
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- Duermes menos, engordas más
Sí, dormir mal aumenta el apetito y el estrés. Cuando no duermes bien, tu cuerpo produce más cortisol (la hormona del estrés), y eso te puede llevar a acumular más grasa y comer cosas que ni quieres, pero, a las 11 p.m. con las galletas se te va el antojo.
- Estrés, prisas y poca energía mental
La vida adulta es pesadita: agendas llenas, pendientes, presión, todo eso afecta tu motivación y tu fuerza de voluntad. Comer sano y hacer ejercicio requiere cabeza, y cuando no tienes energía mental, terminas pidiendo cualquier cosa por app.
Bajar de peso después de los 30 sí se puede, pero hay que cambiar el enfoque. Aquí el secreto no es matarte de hambre, sino hacer cambios inteligentes:
- Haz fuerza (sí, levanta pesas).
- Duerme mejor.
- Come con estrategia, no con culpa.
- Y, sobre todo, sé constante. Porque tu cuerpo ya no se arregla en dos semanas pero con disciplina, sí se transforma.
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Tiene adicciones, problemas de salud mental o no sabe lo que quiere / Westend61




