México lidera el tráfico ilegal de partes de felinos: garras, colmillos y pieles se venden en línea sin control
Encabeza el comercio ilegal de partes de jaguar, puma y ocelote; el 87 % del tráfico ocurre en plataformas como Facebook y Mercado Libre, con impacto directo en especies en riesgo.

Jaguar mexicano / Adalberto Rios Szalay/Sexto Sol
Un mercado visible, activo y fuera de control
El comercio ilegal de partes de felinos en México no es un fenómeno marginal ni oculto. Se trata de una red activa, visible y cada vez más estructurada que opera a plena luz del día en plataformas abiertas como Facebook Market Place o Mercado Libre. En una década, este mercado negro generó casi 2 millones de dólares solo con ofertas detectadas en línea.
Un estudio encabezado por especialistas del Wildlife Conservation Society (WCS) y Bioconciencia A.C. documentó 713 publicaciones entre 2011 y 2022 con venta de partes de nueve especies de felinos, cinco de ellas nativas como jaguar, puma, ocelote, margay y lince rojo. El 59% de esas publicaciones ofrecía piezas de jaguar: colmillos, garras, pieles, cráneos, incluso animales vivos.
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Venta en línea desde 60 ciudades mexicanas
El negocio no está escondido. Las ofertas provienen de al menos 60 ciudades mexicanas, incluyendo CDMX, Monterrey, Tehuacán, Toluca y Felipe Carrillo Puerto. Los vendedores publican imágenes, precios y detalles, e incluso etiquetan compradores internacionales. El 87% de la demanda es local, pero también hay envíos hacia Estados Unidos, Vietnam y Europa.
México tiene entre 4 mil y 4 mil 800 jaguares en libertad. La actividad detectada en línea podría estar afectando hasta el 1.7% de esa población, una pérdida significativa si se considera la baja densidad y el alto riesgo de extinción de la especie en varios estados del país.
Facebook y e-commerce: plataformas clave para el tráfico
El modelo de operación ha evolucionado. Ya no se necesita la dark web, basta con un grupo de compraventa, una búsqueda por palabras clave o un perfil falso. Las redes sociales y el comercio electrónico permiten transacciones rápidas, sin intermediarios, sin control, sin consecuencias. Aunque existen acuerdos de colaboración entre plataformas y ONG, los sistemas de detección automatizada son débiles, y los mecanismos de supervisión institucional, casi inexistentes.
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Las instituciones han cedido el terreno
Las instituciones mexicanas han perdido capacidad de respuesta. La división cibernética de Profepa, que antes vigilaba estas actividades, fue desmantelada. No hay monitoreo sistemático. No hay reacción judicial. La impunidad alimenta el ciclo.
Este mercado no se sostiene solo con criminales, se nutre de consumidores que compran colmillos como amuletos, garras como decoración o pieles como trofeos. Se vende bajo la idea de lo “ancestral”, lo “artesanal” o lo “místico”, pero el efecto es grave, especies enteras están siendo reducidas a mercancía.
Una amenaza directa a la biodiversidad de México
La falta de regulación efectiva en criaderos legales, la permisividad digital, la inacción institucional y la demanda constante colocan a México como epicentro regional del tráfico ilegal de fauna silvestre.
Combatirlo exige una estrategia frontal: vigilancia cibernética profesional, regulaciones claras y verificables, cooperación con plataformas digitales y campañas ciudadanas de denuncia.
No es un problema de conciencia: es un problema de control. Y ahora mismo, el Estado ha cedido el terreno.

Jaguar mexicano / Adalberto Rios Szalay/Sexto Sol