El Estado descuidó por décadas la imagen cultural de México ante el mundo: Omar Cerrillo
“Narcocorridos son vitrinas de tentaciones que nos arrebatan a los jóvenes”. Políticas públicas son necesarias para cambiar la imagen de los mexicanos.

El narcotráfico mezclado en la cultura, música, series y películas
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Hace 80 años con el cine y el mariachi México proyectó una imagen, por descuido del Estado en las últimas tres décadas la imagen es la narcocultura, pero México no es solo violencia, señaló el investigador de sociología de la Música del Tec de Monterrey, Omar Cerrillo, quien afirmó, “lo prohibido genera tentaciones, como ha pasado con las drogas, en el caso de la música, es imposible, por su naturaleza sonora, regular qué está pasando en los audífonos de una persona, lo que puedes es motivar la creación de otro tipo de productos culturales”.
En entrevista para “Así las Cosas” con Diego Martínez e Isaac Morán, en ausencia de Gabriela Warkentin, el experto recordó que la presencia en México de los corridos, en particular, datan de 1930 y para 1980 comienzan a hacer apología de la violencia al hablar de un narcotraficante abatido en una cantina, lo que se ha convertido en “un fenómeno del Siglo XXI” y que del 2005 a la fecha se ha convertido en tema internacional.
“Los narcocorridos son resultado de la violencia, recrudecimiento de la guerra contra el narco, la falta de oportunidades en la vida cotidiana para algunos jóvenes, lo que deja un círculo de violencia”
— afirmó el especialista
Señaló que la mayoría de los videos de estos grupos o cantantes desde los años 80 muestran “joyas, autos, bebidas caras”, cosas que para los jóvenes son inaccesibles, por lo que esto “se vuelve aspiracional, es la forma en que los jóvenes ven la apología del delito como su acceso”.
“Los narcocorridos son vitrina de tentaciones para los jóvenes que nos los arrebatan”.
— reconoció.
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¿Qué imagen queremos dar al mundo?
Ante tal situación, el sociólogo recomendó “que el Estado tome partida con una visión más amplia, no de prohibición, que el Estado tome su papel de gestor en torno a las políticas públicas de la cultura” y nos hagamos la pregunta de “¿Qué imagen queremos dar al mundo? Porque México no es solo violencia".
Para los jóvenes, hay otro panorama, “si desde pequeños les damos la oportunidad de demostrar y desarrollar sus talentos, con políticas integrales que se hagan desde las secretarías de Cultura y de Educación”.