El mundo está peor que hace 16 años por la cantidad de personas en pobreza que sufren hambre y los numerosos conflictos armados, aseguró el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en su discurso inaugural de la Cumbre de Líderes del G20, que se lleva a cabo en Río de Janeiro.

“Estuve en la primera reunión de líderes del G20, convocada en Washington en el contexto de la crisis financiera de 2008. Dieciséis años después, constato con tristeza que el mundo está peor.

Lula da Silva señaló que los conflictos armados se incrementaron desde la Segunda Guerra Mundial y que se tiene la mayor cantidad de desplazamientos forzados jamás registrada.

También denunció que las brechas sociales han aumentado tras la pandemia del Covid-19, que ha dejado, al menos, 15 millones de muertos y un mundo con 733 millones de personas hambrientas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

“Según la FAO, en 2024, convivimos con un contingente de 733 millones de personas aún desnutridas. Es como si las poblaciones de Brasil, México, Alemania, Reino Unido, Sudáfrica y Canadá, sumadas, estuvieran pasando hambre. “Son mujeres, hombres y niños, cuyos derechos a la vida, la educación, el desarrollo y la alimentación son violados diariamente”, acusó.

Consideró “inaceptable” que, con ese panorama, se dediquen billones de dólares a gastos militares y llamó a los líderes mundiales presentes en la sala a “acabar” con el hambre, una “lacra que avergüenza la humanidad”.

“El hambre y la pobreza no son resultado de la escasez o de fenómenos naturales”, sino que son fruto de “decisiones políticas que perpetúan la exclusión de gran parte de la humanidad”, manifestó Lula, quien en su infancia supo lo que es el hambre en la agreste región nordeste de Brasil.

Los líderes del G20 se reúnen este lunes y martes en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro para discutir cómo erradicar el hambre, reformar los organismos internacionales e impulsar la transición energética.

De qué va la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza

La Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, fue lanzada en la apertura de la cumbre del G20 en la que se adhirieron 81 países. La propuesta fue creada por Brasil con el objetivo de acelerar los esfuerzos mundiales para erradicar el hambre y la pobreza, prioridades centrales en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Entre los países que ya se adhirieron se encuentran 18 de los 19 miembros del G20. Sólo Argentina no ha pronunciado al respecto. Según el Gobierno brasileño, todavía se está negociando la entrada de los argentinos en la Alianza.

Además de estos países, figuran la Unión Europea y la Unión Africana, 24 organizaciones internacionales, nueve instituciones financieras y 31 organizaciones filantrópicas y no gubernamentales.

La adhesión, que comenzó en julio y sigue abierta, se formaliza a través de una declaración en la que se definen compromisos generales y específicos, que se ajustan a las prioridades y condiciones concretas de cada firmante.

La Alianza Global espera beneficiar a 500 millones de personas con programas de transferencia de ingresos en países de renta baja y media-baja para 2030, ampliar las comidas escolares de calidad a 150 millones de niños más en países con pobreza infantil y hambre endémicas, y recaudar miles de millones en créditos y donaciones a través de bancos multilaterales de desarrollo para poner en marcha estos y otros programas.

La iniciativa tendrá su propia gobernanza vinculada al G20, pero que no estará restringida a las naciones que componen el grupo. El sistema de gobernanza deberá estar operativo a mediados de 2025. Hasta entonces, Brasil proporcionará apoyo temporal para las funciones esenciales.

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