Bombas nucleares: los devastadores efectos en la salud
Al estallar una bomba atómica se genera una onda explosiva, otra térmica y radiación instantánea
El temor de una guerra nuclear no es un fenómeno de años recientes; ya desde 1981el mundo se preocupaba por los daños de las bombas atómicas, lo que podría significar la gota que derramaría el vaso para una batalla global.
Las armas nucleares todavía existen y aún se siguen produciendo, es por ello que todavía hay un peligro potencial para la humanidad. Lo peor es que muchos ejércitos realizan pruebas secretas para mejorar sus dispositivos. Desde 1981, más de 30 años después de Hiroshima y Nagasaki, la Organización Mundial de la Salud estudió los efectos de este tipo de armamento. En 1993 la Organización Mundial de la Salud redactó un informe sobre ello.
La explosión de una bomba atómica genera una onda explosiva, otra térmica, radiación, precipitaciones radiactivas e impulsos electromagnéticos. Varias detonaciones de esta magnitud podrían provocar alteraciones ambientales y cambios climáticos globales.
En un caso real, tras un estallido intervienen tres causantes de pérdidas de vida: la onda explosiva, la térmica y la radiación instantánea. Por si fuera poco, los impulsos electromagnéticos dañan los dispositivos electrónicos, entre ellos los de hospitales y unidades médicas.
La exposición a la radiación instantánea, rayos gamma y neutrones, ocasiona el síndrome de radiaciones con diversos trastornos que dejan a los organismos sin signos vitales. Tan sólo en dosis bajas afecta a la médula ósea, al incrementarse lesiona el aparato gastrointestinal y en dosis muy altas daña el cerebro.
El nivel de destrucción en infraestructura tampoco tiene precedentes, el desplome de edificios también es una causante de pérdidas de vida, además de los incendios.
El estallido genera una onda explosiva, otra térmica y radiación instantánea, las cuales son altamente peligrosas para los seres vivos
Los daños en los centros de atención médica sería un importante obstáculo para atender a las víctimas.
En la salud a largo plazo, cualquier sobreexposición a la radiación suprime las funciones del sistema inmunitario, con lo cual es mayor la vulnerabilidad a las infecciones y cánceres. También es cierto que las quemaduras, traumatismos y afectaciones psíquicas pueden influir en la respuesta inmunitaria.
La radiación ambiental prolongada induce a padecer cáncer y lesiones genéticas; así los supervivientes de una bomba atómica en zonas contaminadas se exponen a estos efectos. Las lesiones genéticas no se limitarían a la descendencia inmediata, se extendería durante muchas generaciones de acuerdo con diversos estudios.
Las lesiones genéticas podrían extenderse por varias generaciones
Luego de los ataques en Hiroshima y Nagasaki se reportó que los sobrevivientes padecieron trastornos del comportamiento y psicológico a largo plazo. Se detectó que los pacientes tendían a desarrollar sentimientos de culpabilidad. Desafortunadamente queda el miedo a ser diagnosticados con cáncer y los efectos tardíos de la radiación.
Y así como las armas nucleares tienen efectos directos, a través del daño al medio ambiente tabmién ponen en peligro la salud de los seres humanos y otros seres vivos.
En el oscuro registro de ataques con bombas nucleares se han visto las siguientes consecuencias en el medio ambiente que indirectamente acaban con vidad:
- Suministros de agua contaminados por radioactividad y otros virus o patógenos tras el derrumbe de edificaciones e infraestructura de los servicios de salud.
- Proliferación de cuerpos y animales en descomposición, desechos y aguas residuales, lo que desataría enfermedades como salmonelosis, hepatitis infecciosa, shigelosis, paludismo, tifus, tuberculosis, entre otras.
- Las radiaciones son en gran medida nocivas para los cultivos y la cadena alimentaria contaminando el ganado y los productos cárnicos.
- Ecosistema marino contaminado
- Cambios climáticos y ambientales a escala global de amplia repercusión en las poblaciones
[IMÁGENES FUERTES]
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