EPN dio el "Grito" en Palacio Nacional

Sin imprimir ninguna novedad, como todos los mandatarios, apenas unos minutos antes de la ceremonia arribó a Palacio acompañado de su esposa Angélica Rivera, quien portaba un vestido oscuro, y los hijos de ambos. Se trasladó a su despacho, se colocó la rigurosa banda presidencial, caminó por el pasillo y recibió, de manos de una escolta de mujeres cadetes, el lábaro patrio.

Ya en el balcón tomo el listón e hizo repicar la campana de Dolores, ahí ante miles de asistentes buena parte de ellos provenientes del Estado de Mèxico, lanzó la arenga.

"Mexicanos: ¡Vivan los héroes que nos dieron Patria y Libertad!, ¡Viva Hidalgo!, ¡Viva Morelos!, ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!, ¡Viva Allende!, ¡Viva Aldama!

¡Viva Galeana!, ¡Viva Matamoros!, ¡Viva Guerrero!

¡Viva la Independencia Nacional!, ¡Viva México!

¡Viva México!,¡Viva México!".

Inmediatamente después salió junto con su familia al balcón, donde presenció el espectáculo de fuegos artificiales que llenaron de colorida luz y de un intenso y contaminante humo, el cielo del Zócalo capitalino.

En el resto de los balcones los invitados especiales: representantes de la sociedad civil, funcionarios y miembros del cuerpo diplomático observaron también el espectáculo y a las expectantes personas, muchas de ellas, traídas en autobuses desde estados cercanos a la capital, quienes esperaron varias horas la ceremonia, cubiertas con impermeables pues minutos antes cayó una ligera lluvia.

En la plaza de la Constitución fue colocado de cara al al presidente un enorme escenario donde la banda La Trakalosa de Monterrey trató de animar al público, así como 2 pantallas gigantes y otros implementos escenográficos que incluso cubrieron la parte de los edificios,entre ellos, algunos hoteles cuyos huéspedes no pudieron observar el balcón presidencial como lo tenían previsto.

Lució un Zócalo casi lleno, muy colorido con las imágenes y motivos patrios que se difundieron a través de las pantallas, acompañadas de música mexicana pero con personas un tanto desanimadas tal vez por el cansancio de varias horas de viaje y la larga espera para ver al presidente y una fiesta un poco más prendida.

Sin embargo, antes y después de la ceremonia se escucharon algunas porras "Peña , Peña, Peña" que gritaban los que fueron ubicados frente al Palacio, sí los que vivieron del Estado de México.

Luego de la pirotecnia, el presidente se despidió de los asistentes levantando la mano, y junto a su familia regresó a los salones, se cerró el balcón y la gente de abajo empezó a dispersarse hacia las estaciones del Metro o hacia los vehículos en que se transportaron. Así terminó la fiesta a la que le faltó un poco más de animación, tanto arriba en Palacio como abajo en el Zócalo.