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  • 23 ABR 2025, Actualizado 12:49

Inician sepelio de reos en Honduras e investigan incendio con ayuda de EEUU

Reos sobrevivientes están en la incertidumbre, hacinados en las celdas, corredores y patios que no fueron destruidos por las llamas

Inician sepelio de reos en Honduras e investigan incendio con ayuda de EEUU

Tegucigalpa.-Los sepelios de los 356 reclusos calcinados en el incendio de la prisión de Comayagua comenzaron el viernes en varios poblados de Honduras, en medio de reclamos de justicia, mientras expertos de Estados Unidos se sumaron a la investigación de las causas de la tragedia

La catástrofe de Comayagua, ocurrida en la noche del martes al miércoles, era epicentro de una creciente polémica ante las insistentes denuncias de familiares y sobrevivientes de que las autoridades fueron negligentes y dejaron encerrados a los presos durante el incendio

El presidente Porfirio Lobo consideró "muy arriesgado hacer cualquier tipo de aseveración" al respecto y pidió esperar el informe "imparcial" del equipo estadounidense

El mandatario admitió que hubo reos "que huyeron" durante el incendio, pese a que el Ministerio de Seguridad y la Policía lo descartaron en reiteradas declaraciones a la prensa

"Yo esperaría el resultado de las investigaciones; yo en realidad no tengo detalle de quiénes huyeron", subrayó Lobo, quien no aclaró si los fugados figuran en la lista oficial de sobrevivientes o si el número de población del penal sería mayor

Hasta este viernes se habían entregado 24 cuerpos a las familias, que, agotadas y dolidas esperan en la morgue de Tegucigalpa, adonde fueron llevados todos los cadáveres para su identificación

"Eso no se puede quedar así porque es un crimen bárbaro", dijo la anciana Trinidad Varela a la AFP, mientras velaba a su hijo Edwin Ortega, de 28 años, en el pueblo de Talanga, 50 km al noroeste de Tegucigalpa

En un barrio marginal del noroeste de la capital se llevó a cabo el funeral de otros dos jóvenes, Marvin Muñoz (24) y Marco Suazo (23), que estaban recluidos en la cárcel hasta hace cuatro días exhibida como orgullo de un sistema penitenciario colapsado

Las autoridades de salubridad han dado la orden a los familiares de las víctimas de sepultarlos de inmediato para evitar la propagación de enfermedades

"Me acaban de decir que es difícil que me entreguen a mi hermano porque está muy descompuesto, pero me voy a quedar aquí hasta que me lo den", dijo en la morge Lindolfo Hernández, cuyo hermano estaba condenado a 10 años por violación y le faltaban dos meses para cumplir la pena

En Comayagua, unas 30 personas abrieron fosas en el humilde cementerio, a la espera, sin plazo ni esperanzas, de la llegada de los primeros cuerpos de los reos oriundos del lugar, 90 km al norte de Tegucigalpa

"Se siente dura esta espera, no sabemos cuándo nos van a entregar el cuerpo, pero, de todos modos, ya queda hecha la fosa para que lo enterremos", dijo a AFP Javier Rodríguez, quien, pico y pala en mano, alistaba la tumba donde enterrará a su hermano Melvin

En lo que quedó de la cárcel un equipo de la agencia estadounidense de control de alcohol, tabaco, armas y explosivos (ATF) empezaron a trabajar tratando de ayudar a los peritos hondureños a saber cómo empezó el fuego

"No sabemos cuánto podría durar la investigación, tenemos que observar qué es lo que pasó adentro (...) vamos a determinar las causas del fuego", dijo enespañol uno de los expertos, José Okendo

La agitación crecía en el país por los insistentes testimonios y acusaciones de organismos de derechos humanos sobre el papel de custodios y autoridades en la tragedia, acusaciones que van desde la negligencia hasta la premeditación

El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras manifestó su inquietud por una denuncia de un reo no identificado que dijo a un medio local que el fuego fue provocado por la policía para encubrir una fuga planificada

En declaraciones a la AFP, el portavoz de la Policía Nacional, Héctor Iván Mejía, negó las versiones al asegurar que buscan "desprestigiar" a la institución, altamente cuestionada tras descubrirse que está infiltrada por el crimen organizado

Temerosos y aún bajo conmoción, unos 500 reos sobrevivientes del incendio pasan los días en la incertidumbre, hacinados en las celdas, corredores y patios que no fueron destruidos por las llamas

"Yo no quiero que me mantengan en este penal, tiene una maldición que ya habíamos advertido, sabíamos que ese incendio iba a ocurrir tarde o temprano", dijo Marco Valladares a la AFP, mediante un celular desde el cual se comunica con su esposa, Marta Abigail López, apostada en los portones de la prisión

Equipos de profesionales de la salud aplicaban este viernes vacunas contra enfermedades como el tétano a los sobrevivientes que permanecen en el penal, a policías, personal administrativo e investigadores

 

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