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  • 26 AGO 2025, Actualizado 18:15

Sofía Ibargüengoitia: la artista mexicana que convierte el escenario en un lienzo vivo

Entre teatro, pintura y arquitectura, la creadora capitalina presenta “No me sigas, yo también estoy perdida”, una experiencia inmersiva que redefine el arte contemporáneo en México

Sofía Ibargüengoitia expositora

Sofía Ibargüengoitia expositora / Especial

En un México donde el arte parece haberse cansado de los caminos de siempre, Sofía Ibargüengoitia irrumpe con un proyecto que mezcla lo que, hasta hace poco, parecía imposible de juntar: teatro, pintura, arquitectura y algo de magia onírica. Su más reciente propuesta, “No me sigas, yo también estoy perdida”, no se conforma con colgar cuadros en una pared; aquí, los lienzos flotan, los actores los atraviesan y el público termina formando parte de una narrativa que se mueve entre el sueño y la realidad.

El montaje se arma con nueve escenas teatrales y dieciocho piezas pictóricas suspendidas en pleno escenario. Lo interesante no es solo la coexistencia de ambas disciplinas, sino la manera en que se retroalimentan: a veces la pintura completa lo que las palabras no pueden, y otras, la acción escénica le da vida a un trazo. El resultado es un viaje sensorial que rompe con la idea tradicional de “espectador pasivo”.

Sofía Ibargüengoitia expositora / Especial

La historia sigue a una artista y a una niña en busca de un reloj mágico, una especie de brújula para el alma. Entre diálogos y colores, el relato se transforma en una metáfora sobre la creación artística, la pérdida y posible recuperación de la inocencia. En el elenco aparecen nombres que son peso pesado en la cultura mexicana, como Cecilia Toussaint, Assira Abbate, Hamlet Ramírez y Lucía Tinajero, dirigidos por Juan José Tagle y acompañados del diseño sonoro de Óscar Chapa.

Sofía no es una improvisada. Arquitecta por la UNAM y maestra en Artes Visuales por la Facultad de Artes y Diseño, ha llevado sus piezas a ciudades como Milán, Londres, París y Nueva York. En 2021, su propuesta “Los colores incompletos de México”, donde sillas se convierten en lienzos interactivos, le valió el reconocimiento del Luxembourg Art Prize.

Sofía Ibargüengoitia expositora / especial

No está sola en esta oleada de artistas que están empujando el arte mexicano hacia nuevos territorios. Ahí están Tania Candiani, fusionando disciplinas en bienales internacionales; Pedro Reyes, con sus proyectos visuales y activistas en Nueva York y Berlín; o Gabriela Ruvalcaba, que ha tendido puentes entre el arte indígena mexicano y museos europeos.

Pero “No me sigas, yo también estoy perdida” tiene algo distinto: no solo propone ver arte, sino vivirlo. Es una invitación a perderse para encontrarse, a romper las fronteras entre el escenario y el lienzo, y a confirmar que el arte en México no está quieto… está en plena reinvención.

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