Suicidio en México: un fenómeno marcado por desigualdad social que golpea sobre todo a los hombres
En México, los suicidios se concentran en hombres jóvenes de contextos vulnerables, donde la precariedad económica y la falta de acceso a salud mental son factores determinantes

JUCHITÁN DE ZARAGOZA, OAXACA - / Gary Coronado
El suicidio en México se extiende más allá del territorio de la estadística. Es ya la consecuencia de un entramado de carencias estructurales. Las cifras más recientes de INEGI confirman que la vulnerabilidad económica, la falta de acceso a salud mental y la precariedad educativa se entrelazan de manera directa con el aumento de casos, especialmente entre jóvenes y hombres en situación desfavorecida.
El problema, la magnitud
En 2023, México registró 8 mil 837 suicidios, equivalente a una tasa nacional de 6.8 por cada 100 mil habitantes, de acuerdo con datos de INEGI. De aquello, el 81% de los casos fueron hombres, cuya tasa del 11.4 triplica la de las mujeres, de apenas 2.5. Llama la atención que el 65.5% de los suicidios se presentó en menores de 40 años. Dato revelador. La concentración del fenómeno se instala en la población joven.
Por otro lado, la distribución geográfica revela contrastes importantes: Chihuahua, 15.0; Yucatán, 14.3; y Aguascalientes con 10.5. Estos tres estados encabezan la lista con las tasas más altas de suicidios en México. Mientras, Ciudad de México registra el 3.4, Veracruz 4.4 y Guerrero el 2.1, colocándose en el rango más bajo.
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La dimensión socioeconómica
Aún y cuando las estadísticas oficiales no clasifican los casos por clase social, hay estudios nacionales y regionales que lo documentan con claridad:
Hombres de estratos bajos: Un análisis de casos en Yucatán entre 2012 y 2021 encontró que los hombres que se suicidaron provenían principalmente de contextos marginales, de baja escolaridad, empleo informal o rural y sin acceso a servicios médicos formales.
Mujeres con mayor escolaridad: Ese mismo estudio reveló un patrón distinto para las mujeres, donde una proporción importante de casos se ubicaba en entornos urbanos, con nivel educativo medio superior y cobertura médica formal. Esto sugiere que cada determinante social del suicidio, varía según el género.
La evidencia confirma que la clase baja y los grupos en pobreza son quienes están expuestos, principalmente porque acumulan riesgos como la inestabilidad económica, el desempleo, esas barreras para acceder a salud mental y entornos comunitarios con escasa infraestructura de apoyo.
Durante la pandemia, estos factores se intensificaron. Un estudio de Salud Pública de México documentó que el desempleo duplicó el riesgo de ideación suicida (razón de momios 2.33), mientras que la baja escolaridad lo incrementó cerca de 1.9 veces.
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Factores adicionales de riesgo
El componente económico no actúa solo. Existen variables que detonan la idea suicida:
- Edad: La mayoría de los casos ocurre entre los 10 y 39 años. En mujeres, la concentración en edades tempranas es aún mayor.
- Violencia y abuso: Experiencias de maltrato físico o sexual incrementan de forma notable la probabilidad de intento suicida.
- Consumo de alcohol y drogas: Estudios nacionales lo ubican como un factor transversal entre adolescentes y adultos jóvenes.
- Aislamiento social: La ruptura de redes de apoyo familiares o comunitarias agrava el riesgo, sobre todo en zonas rurales.
Respuestas institucionales
La Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (CONASAMA) ha puesto en marcha el Programa Nacional para la Prevención del Suicidio (Pronaps). Desde 2021 se han capacitado más de 13 mil profesionales de la salud y se implementaron brigadas comunitarias en estados con alta incidencia. Entre 2021 y 2022, estas acciones contribuyeron a una ligera disminución de la tasa nacional, de 6.6 a 6.4 por cada 100 mil habitantes.
Sin embargo, especialistas como los consultados por The Lancet y El Economista coinciden en que sin políticas de reducción de desigualdad, (aquellas de salud mental gratuita, educación pública fortalecida y programas focalizados en jóvenes vulnerables) los esfuerzos seguirán siendo acaso paliativos.
Cómo entender esto
El suicidio en México no puede entenderse como asunto individual. El fenómeno social golpea con mayor brutalidad a quienes nacen y crecen en contextos de desventaja.
Los datos dan claridad
A nivel socioeconómico bajo, mayor prevalencia, especialmente en hombres jóvenes.
Factores acumulativos, son el desempleo, la baja escolaridad, la violencia y la falta de acceso a salud mental.
Respuestas institucionales, aún insuficientes frente a un problema que requiere intervenciones integrales y sostenidas.
Reducir la brecha social no se reduce a un tema de justicia, sino de salud púbica.

JUCHITÁN DE ZARAGOZA, OAXACA - / Gary Coronado