“No es ahí”: El gran aprendizaje sobre el amor propio
Historias de amor, pérdida y empoderamiento: redescubriendo la vida y la sexualidad después de los 40.

El gran aprendizaje sobre el amor propio
¿Cuánto tiempo vas a tardar en aprender que el amor no duele?
Durante una emotiva charla en Martha Debayle en W, varias mujeres compartieron sus historias más íntimas sobre relaciones tóxicas, desamor y pérdida de tiempo emocional. Todas coincidieron en una verdad contundente: el amor verdadero no se ruega, se siente. La experiencia les enseñó que quedarse con alguien que no te elige con claridad es perder años valiosos de vida.
Cuando alguien no quiere estar contigo, se nota
Entre confesiones fuertes y momentos de reflexión, surgió una frase poderosa: “No es ahí”. Si llevas años esperando que alguien cambie, si buscas señales donde no las hay o justificas ausencias, lo más probable es que esa relación no sea amor, sino dependencia emocional. Como dijeron al aire: “Si no te llama, es porque no quiere llamarte. Punto.”
Deja de cambiar para encajar: el amor sano te acepta tal como eres
Muchas de las invitadas relataron cómo dejaron de ser ellas mismas para agradar a sus parejas: desde fingir interés en cosas que odiaban, hasta modificar su cuerpo, su voz o su forma de vestir. El mensaje fue claro: cuando tienes que transformarte para ser amada, ahí no es. El amor propio empieza cuando te permites ser auténtica sin miedo al rechazo.
Salir de una relación tóxica no es un infierno: es el inicio de tu libertad
Uno de los mayores miedos al terminar una relación es enfrentar el “infierno” de la soledad. Pero como dijeron en el programa: “Uno llora un rato, pero después vuelve a reír.” Muchas mujeres descubrieron que el verdadero terror no es estar sola, sino vivir años con alguien que no te ama de verdad. Porque sí, la vida sigue después del desamor.
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El verdadero amor es fácil: da paz, no ansiedad
La conclusión más poderosa fue esta: el amor sano no se sufre. El amor sano no duele, no confunde y no desgasta. Es simple, claro y se siente en paz. No se trata de adrenalina, celos o sacrificios extremos, sino de sentirte en casa con alguien que te acompaña y te celebra por lo que eres. Si no hay paz, no es ahí.
¿Cuándo regresa la paz después de los hijos?
Una de las preguntas más conmovedoras que surgió en la charla fue: ¿Cuándo vuelve la paz después de tener hijos? La respuesta fue unánime: nunca. Pero el aprendizaje no es pesimista. Al contrario, las invitadas coincidieron en que la verdadera paz no depende del comportamiento de los hijos, sino de trabajar en una misma y aprender a manejar las propias emociones. Hablaron también del reto de soltar, confiar en los hijos y evitar ser una madre helicóptero o incluso una madre dron, que vigila cada paso que da su hijo.
El gran error: vivir para complacer a los demás
Una de las reflexiones más poderosas fue sobre en qué perdieron el tiempo. La mayoría coincidió en que desperdiciaron años tratando de complacer a los demás y buscando aprobación externa. Desde querer alaciarse el cabello hasta estudiar carreras que no las apasionaban, todo para encajar en un ideal impuesto. “Uno pierde muchísimo tiempo tratando de complacer”, dijo una de las participantes.

El verdadero amor es fácil: da paz, no ansiedad / Silke Woweries
La inadecuación que marca la adolescencia
Las mujeres compartieron también el doloroso recuerdo de sentirse inadecuadas durante su juventud. Martha confesó que pasó años sintiéndose menos guapa, menos delgada y menos valiosa que otras mujeres. Lo mismo expresó Guille, quien reveló que su estatura fue motivo de burla y vergüenza durante años. Este sentimiento de inadecuación, compartieron, suele comenzar en la adolescencia, alimentado por los comentarios de la familia o la presión social.
Las heridas que deja la infancia
Uno de los temas que más resonó fue la manera en que la autoestima puede verse afectada por comentarios aparentemente inocentes de padres y familiares. Frases como “déjate de comer eso” o “gelatina light para ti” fueron recordadas como momentos que marcaron profundamente su relación con el cuerpo y la alimentación. “Eso no es un mensaje subliminal, es una cachetada con más madre”, dijo Sissi Cancino.
La importancia de sanar y abrazar lo que eres
Pese a todo, estas mujeres han logrado reencontrarse con ellas mismas, y hoy, ninguna de ellas quisiera ser alguien diferente. “¿Ustedes quisieran ser otra persona?”, preguntó Martha. La respuesta fue contundente: no. A través de los años, han aprendido a amar su historia, su cuerpo y su esencia, y lo comparten para que las mujeres más jóvenes no tengan que tardar tanto en hacerlo.
“Lo que me hubiera gustado saber antes de los 40…”
Este ejercicio de sororidad y reflexión dejó una lección clara: no hay que esperar a tener 50 años para empezar a valorarte, dejar de compararte y vivir conforme a tus propios deseos. Las invitadas nos recuerdan que los estándares externos no deben definirnos y que la confianza en una misma se construye desde dentro.

“Lo que me hubiera gustado saber antes de los 40…” / Morsa Images
Amar después del dolor
Uno de los momentos más poderosos fue el testimonio de una mujer que, tras un divorcio y la trágica pérdida de su hijo de 5 años, encontró el amor donde menos lo esperaba: en su compañero de trabajo, quien siempre estuvo a su lado. “Solo hay que saber ver y estar dispuesta a dejarse sorprender por la vida”, dijo. Su historia es un recordatorio de que sí es posible volver a amar, incluso después de tocar fondo emocionalmente.
Ser mamá después de los 45
También compartió cómo fue convertirse en mamá de gemelos a los 45 años, y el profundo trabajo emocional que tuvo que hacer para no transferir el miedo y la angustia de su pérdida a sus nuevos hijos. “Fue una decisión: si iba a traer nuevos hijos al mundo, tenía que darles vida, no regalarles mi miedo”.
El éxito profesional en un mundo de hombres
Las participantes también hablaron de sus trayectorias en industrias como la automotriz, la tecnológica y los medios de comunicación, tradicionalmente dominadas por hombres. Coincidieron en que el respeto se gana siendo inteligente, valiente y estratega, no gritona ni sumisa. “Nadie te enseña, pero aprendes a navegar esos espacios con dignidad y astucia”, afirmaron.
¿Y el sexo después de los 40?
Sobre la sexualidad femenina después de los 40, todas fueron claras: es una etapa de mayor libertad, placer y seguridad. “Ya no te importa si te rasuraste bien, si tienes lonjita o si hay luz. A esta edad sabes lo que quieres, te das permiso de gozar sin culpa”.
La felicidad también es una decisión
Todas coincidieron en algo esencial: ser feliz es una decisión. “No es que no tengas miedo, es que lo gestionas mejor”, explicó una de ellas. Y ante los retos, la recomendación fue guardar en la memoria personal todos los momentos donde sí pudiste, donde fuiste fuerte, y donde te sorprendiste a ti misma superando lo imposible.

La felicidad también es una decisión / MoMo Productions
Un mensaje para todas las mujeres
Este encuentro fue un homenaje al poder femenino, a la resiliencia, y al valor de reinventarse después de los 40. Para quienes hoy están atravesando un momento difícil, el mensaje es claro: “Puede que hoy no sepas cómo vas a salir adelante, pero eso no significa que mañana no lo vayas a descubrir”.
¿Se puede volver a amar después de una tragedia?
Una de las invitadas relató la dolorosa experiencia de haber perdido a su hijo de cinco años, Cristóbal, en un accidente. Tras pasar por el “más oscuro de los infiernos”, confesó que sí se puede volver a amar y vivir con plenitud. Hoy es mamá de gemelos, encontró el amor en su mejor amigo de oficina y aseguró que “el amor llega incluso detrás de la tragedia”. Su mayor aprendizaje fue dejarse sorprender por la vida y tomar la decisión de no rendirse: “El querer estar bien, también es una decisión”.
Ser mujer en un mundo de hombres
Varias de las participantes rompieron techos de cristal en industrias dominadas por hombres como la tecnología y el sector automotriz. Sin victimizarse, compartieron estrategias reales para ganarse el respeto sin renunciar a su esencia. Desde retirarse temprano de cenas corporativas para evitar malas interpretaciones hasta escribirle directamente a altos ejecutivos para defender causas importantes como la preservación del berrendo peninsular, estas mujeres demostraron que la inteligencia emocional y el atrevimiento estratégico son claves del éxito.
El sexo después de los 40: libertad total
Sin tapujos, hablaron de cómo cambia la sexualidad femenina con el paso del tiempo. Coincidieron en que a partir de los 40, el sexo se disfruta más: hay menos culpas, menos miedo, y sobre todo más claridad sobre lo que se quiere. “A los 20 pides ensalada por pena; a los 40, te echas las costillas barbecue… y haces el amor con las costillas todavía en la boca”, bromeó una de ellas. También hablaron de cómo la risa y el humor se vuelven afrodisíacos, de la libertad de decir “hoy no quiero” y de lo común que es que haya desequilibrios de deseo en la pareja, sea hombre o mujer.

El sexo después de los 40: libertad total / OJO Images
Lo que sí mejora con la edad
Todas coincidieron en algo: la vida mejora después de los 40. Ya no buscan complacer al exterior, saben poner límites, tienen la seguridad de pedir lo que desean y han dejado de preocuparse por lo que otros piensen. “Después de los 40, no cualquier demonio te tienta”, dijo una de ellas entre risas, haciendo referencia a que después de sobrevivir a divorcios, duelos, fracasos y decepciones, se gana una fuerza que no se tenía antes.
Lecciones para las más jóvenes
El mensaje final fue para quienes están en sus 20s o 30s: “No tienen idea de lo que les espera. Lo mejor está por venir”, afirmaron. Cada una compartió un consejo poderoso: “no se arrepientan de lo que hagan, sino de lo que no hicieron”, “no pierdan tiempo satisfaciendo expectativas externas”, “cuenten con ustedes mismas porque lo tienen todo para salir adelante”, y “compartan su conocimiento con otras mujeres”.
Dale play y escucha la entrevista completa en: https://youtu.be/qARZE0G9a0k