Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes, exlíderes del Cartel de Sinaloa y Cartel de Juárez, regresan esta semana en días consecutivas a la Corte en Nueva York para nuevas audiencias de seguimiento de sus procesos y con la posibilidad de enfrentar penas de muerte aun sobre la mesa.

Carillo Fuentes comparecerá este martes a las 11 de la mañana ante la jueza Joan M. Azrack en la que será ya su segunda audiencia de seguimiento del proceso y tercera aparición en tribunales. Caro Quintero lo hará el miércoles a la misma hora, pero ante el juez Frederic Block, en la que también será su segunda audiencia fe seguimiento.

Aunque ahora los dos procesos están en cortes separadas, tanto Carrillo como Caro Quintero fueron presentados simultáneamente el pasado 28 de febrero en una vistosa audiencia realizada en el auditorio de la Corte Federal en Brooklyn, ante una tribuna repleta de más de cien agentes de la DEA, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional.

En dicha presentación, en la que ambos se declararon no culpables, los fiscales estadounidenses confirmaron ante el magistrado Robert M. Levy que los dos narcotraficantes mexicanos fueron expulsados por razones de seguridad nacional de México sin pasar por el procedimiento rutinario de extradición.

Como resultado de lo anterior, los fiscales confirmaron que debido a la gravedad de los delitos que se les imputan como altos mandos de grupos del narcotráfico en México, ambos enfrentan la posibilidad de un escenario de pena capital en caso de sean encontrados culpables.

Los dos narcotraficantes mexicanos se encuentran presos en la cárcel metropolitana de Brooklyn bajo estrictas medidas de aislamiento y comunicación reducida con el exterior. Es el mismo centro penitenciario donde también permanecen recluidos otros altos exnarcotraficantes mexicanos como Ismael “El Mayo” Zambada u Oscar Omar Treviño Morales alias “El Z-42”.

Refuerzos de última hora en defensa de Caro

En los días y horas previas a su nueva audiencia de seguimiento el equipo de defensa de Caro Quintero se ha reforzado con dos nuevas abogadas neoyorquinas que además de ser experimentadas penalistas y con reconocimientos importantes en su trayectoria también son defensoras bilingües (español e inglés).

Una de ellas es la abogada Virginia G. Alvarez, fundadora de Alvarez NY Law. Nacida de padres inmigrantes, es una litigante con dos décadas de experiencia en el area penal y ha sido incluía en la lista “Super Lawyers”, en la que sus pares reconocen y seleccionan a aquellos litigantes que se ubican dentro del 5 por ciento de excelencia en su campo en el área de Nueva York.

La otra litigante que se ha unido es Cristina Álvarez, abogada socia de la firma Associate en Bloch & White LLP. Álvarez. Es egresada de la Universidad de Columbia y la Universidad de Brown y se ha especializado dentro del área penal en la construcción de casos relacionados con abusos de derechos humanos y detenciones potencialmente ilegales.

Estas abogadas se suman al equipo que ya integraban los abogados Mark S. DeMarco y Elizabeth E Macedonio, esta última especializada en casos de alta complejidad y elegida específicamente por la Corte para negociar con los fiscales la posibilidad de que estos se desistan de una pena de muerte, lo que hasta ahora no ha ocurrido.

Caro Quintero enfrenta un panorama complejo. Mas allá de la gravedad de los cargos que se le imputan por narcotráfico el gobierno estadounidense ha hecho énfasis en la responsabilidad de este capo en el asesinato del exagente de la DEA, Enrique Camarena. Su proceso ha sido tomado (y presumido) por distintas agencias del Departamento de Justicia como bandera del “ajuste de cuentas” que le espera a aquellos que ponen en riesgo la salud de los estadounidenses.

El equipo de fiscales que está a cargo del caso en contra de Quintero es el mismo que en su momento llevó el caso en contra de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y en contra de Genaro García Luna.

Viceroy, con margen para negociar

Carrillo Fuentes enfrenta acusaciones de la misma gravedad que El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada. Además de los cargos de narcotráfico se le acusa de un uso indiscriminado e ilegal de armas de fuego, de lavar dinero proveniente del tráfico de drogas, y de dirigir, entre enero de 1990 y octubre de 2014, una empresa criminal continua dedicada al narcotráfico.

En síntesis, los fiscales lo señalan de ser el líder de lo que denominan “Carrillo Fuentes Drug Trafficking Organization”, también conocido como el Cártel de Juárez, después de la muerte de su hermano Amado Carrillo Fuentes en 1997. 

Los fiscales de este caso ya han expresado que la gravedad de las acusaciones que se le imputan también podían ser meritorias de una pena capital, sin embargo, a su vez señalaron en la primera audiencia de seguimiento del proceso que todas las opciones, incluyendo soluciones alternas, podrían estar sobre la mesa.

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