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  • 24 JUN 2025, Actualizado 00:59

Indicios de vida extraterrestre: K2-18b el exoplaneta que podría cambiar nuestra concepción del cosmos

Descubren indicios en un exoplaneta oceánico ¿ya no estamos solos?

Indicios de vida extraterrestre: K2-18b el exoplaneta que podría cambiar nuestra concepción del cosmos

Acorde a un artículo del New York Times escrito por Carl Zimmer, la búsqueda de vida más allá de nuestro planeta ha llevado a los científicos a explorar un sinfín de misterios cósmicos en donde la Tierra, parecía ser el único lugar con vida.

Un nuevo descubrimiento de vida extraterrestre

Sin embargo, todo esto podría cambiar gracias a que un equipo de investigadores ha revelado un nuevo indicio de vida extraterrestre, quizá uno de los más claro a la fecha. Este hallazgo no es en nuestro sistema solar, sino en un exoplaneta llamado K2-18b, mismo que orbita una estrella que se encuentra a 120 años luz de la Tierra.

K2-18b: el exoplaneta oceánico con indicios de vida

Análisis de la atmósfera de K2-18b sugieren la presencia abundante de una molécula que, en la Tierra, solo tiene un origen conocido: organismos vivos, como las algas marinas. “No le interesa a nadie afirmar prematuramente que hemos detectado vida”, dijo Nikku Madhusudhan, astrónomo de la Universidad de Cambridge y autor principal del nuevo estudio, en una conferencia de prensa. Aun así, la mejor explicación para las observaciones de su grupo es que K2-18b está cubierto por un océano cálido, rebosante de vida.

“Este es un momento revolucionario”, afirmó el Dr. Madhusudhan. “Es la primera vez que la humanidad ha visto posibles biofirmas en un planeta habitable.” El estudio fue publicado recientemente en Astrophysical Journal Letters, generando entusiasmo y debate entre otros investigadores, quienes lo califican como un primer paso emocionante.

La clave para la detección de vida en K2-18b

Astrónomos descubrieron en 2015 utilizando datos del Telescopio Espacial Kepler que K2-18b se trata de un tipo de planeta comúnmente encontrado fuera de nuestro sistema solar, conocido como sub-Neptuno, un planeta mucho más grande que los planetas rocosos como la Tierra, pero más pequeño que Neptuno.

En 2021, el Dr. Madhusudhan y sus colegas propusieron que los sub-Neptunos estaban cubiertos por océanos de agua cálida y envueltos en atmósferas ricas en hidrógeno. A estos planetas los llamaron “Hyceanos”, una combinación de “hidrógeno” y “océano”.

El lanzamiento del Telescopio Espacial James Webb (JWST) en diciembre de 2021 permitió a los astrónomos una visión más cercana de estos exoplanetas distantes. Al analizar la luz estelar que atraviesa la atmósfera de K2-18b, el equipo del Dr. Madhusudhan descubrió muchas de las moléculas que habían predicho para un planeta Hyceano. En 2023, informaron haber detectado débiles indicios de dimetil sulfuro (DMS), una molécula de enorme importancia potencial.

En la Tierra, la única fuente conocida de dimetil sulfuro es la vida. Por ejemplo, en el océano, ciertas formas de algas producen este compuesto, que se eleva al aire y contribuye al olor distintivo del mar. Mucho antes del lanzamiento del JWST, los astrobiólogos ya se preguntaban si el DMS podría servir como un signo de vida en otros planetas.

El año pasado, el equipo del Dr. Madhusudhan tuvo una segunda oportunidad para buscar DMS en K2-18b utilizando un instrumento diferente del Telescopio Webb. Esta vez, observaron una señal aún más fuerte de dimetil sulfuro, junto con una molécula similar llamada disulfuro de dimetilo. A pesar de los esfuerzos por descartar la señal, esta se mantuvo fuerte, llevando a la conclusión de que K2-18b podría albergar una enorme cantidad de dimetil sulfuro en su atmósfera, miles de veces superior al nivel encontrado en la Tierra, lo que sugiere que sus mares están repletos de vida.

El futuro de la búsqueda de vida extraterrestre

A pesar de estos emocionantes hallazgos, la comunidad científica subraya que aún queda mucha investigación por hacer. Una pregunta clave es si K2-18b es realmente un mundo Hyceano habitable. Algunos investigadores, como el Dr. Christopher Glein del Southwest Research Institute, proponen teorías alternativas, como que K2-18b podría ser una masa rocosa con un océano de magma y una atmósfera de hidrógeno abrasadora, condiciones que difícilmente serían propicias para la vida tal como la conocemos.

Los científicos también necesitarán realizar experimentos de laboratorio para recrear las posibles condiciones en los sub-Neptunos y comprender cómo se comporta el dimetil sulfuro en esos entornos. Como señala Matthew Nixon, científico planetario de la Universidad de Maryland, “es importante recordar que apenas estamos empezando a comprender la naturaleza de estos mundos exóticos”.

La NASA y otras agencias espaciales continúan desarrollando telescopios espaciales más potentes diseñados específicamente para buscar signos de habitabilidad en exoplanetas como K2-18b. Aunque el desciframiento de lo que sucede en K2-18b podría llevar años, los científicos creen que valdrá la pena.

Este tipo de descubrimientos subrayan la importancia de la exploración espacial y el apoyo a la investigación astrobiológica. ¿Será K2-18b el primer lugar donde confirmemos la existencia de vida inteligente extraterrestre o al menos de vida microbiana? Solo el tiempo y las futuras observaciones del Telescopio James Webb lo dirán.

Aquí es donde vale la pena recapitular una de las frases más icónicas de Carl Sagan, el astrónomo, astrofísico, cosmólogo, escritor y, sobre todo, un extraordinario divulgador científico estadounidense que dictaba “El universo es un sitio bastante amplio. Si solo estamos nosotros, me parecería un auténtico desperdicio de espacio”. Ojalá podamos vivir para ver que, en efecto, no estamos solos.

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