El fin del mundo según la IA: así sería el colapso global tras una guerra nuclear
La extinción humana ya tiene forma y secuencia: lo que dice la IA sobre una guerra nuclear global.

Post Apocalyptic Urban Landscape (Dusk) / Bulgac
En tiempos violentos, donde el pulso de la guerra de a poco acrecienta la posibilidad de una escalada capaz de arrastrarnos al punto de no retorno, surge de nuevo la duda que ha rondado a la especie humana por generaciones: ¿cómo sería el fin del mundo?
Consultar a una inteligencia artificial ya no parece extraño frente a esa incertidumbre que define nuestra permanencia en el juego. Usamos lo que tenemos, con las herramientas al alcance, que por impersonales que parezcan, ofrecen una respuesta, despeja la duda, ese material de la existencia que parece disolverse en una simulación de lo que podría venir.
Entonces, ¿cómo sería el fin del mundo según los cálculos de una IA? Una descripción basada en datos duros adelanta el saldo de una guerra nuclear a gran escala. Más allá de la ciencia ficción, este ejercicio parte de la crisis actual y concluye con un panorama que no deja margen para el optimismo.
Se trata de una proyección técnica, estructurada, basada en modelos militares, patrones climáticos y estudios poblacionales. El resultado no es una conjetura, sino un escenario funcionalmente posible e inapelable.
Día 0, un disparo parte el cielo
La detonación inicial bastaría para activar todo el arsenal global. Estados Unidos, Rusia, China, Irán, Israel, Corea del Norte. Todos sueltan sus misiles al aire. Las primeras ciudades desaparecen antes de que alguien pueda entender qué está pasando. No hay advertencias previas. No hay evacuación. El fuego consume todo cuanto encuentra a su paso.
Día 1 al 7, cielo envenenado y el invierno nuclear
Luego, la parte más lenta y dolorosa, el colapso climático. Un invierno nuclear cubre el cielo. La luz solar ha sido bloqueada. La temperatura cae. Las cosechas se marchitan. La cadena alimentaria se rompe en semanas. Aquello que no mataron las bombas lo hace el hambre, la sed y la radiación.
Sistemas de salud colapsan. Redes eléctricas caídas. No hay medicamentos, las enfermedades comienzan a salirse de control. Los gobiernos se reducirían a escasas transmisiones de emergencia sin capacidad de respuesta. O dejarían de existir.
Las zonas que no fueron alcanzadas directamente entrarían en crisis sistémica. Escasez, saqueos, fragmentación. Algunos intentarían organizarse. Otros recurrirían a la violencia como forma de supervivencia. El agua limpia valdría más que cualquier moneda.
Día 30 en adelante, el colapso de la civilización
Con el paso de los meses, las tasas de natalidad caerían a cero. El material genético humano se deterioraría por la exposición constante a la radiación. La esperanza de vida descendería hasta quedar por debajo de los 30 años. La extinción no sería instantánea, pero sí inevitable.
Panorama mundial actual
La inteligencia artificial no usó metáforas. No habló de castigos divinos ni de justicia cósmica. Describió simplemente una cadena de eventos físicos, químicos, biológicos y sociales que ocurrirían si se activa el arsenal que ya existe.
No especuló sobre motivos políticos. No sugirió culpables. Solo proyectó consecuencias.
En el panorama actual, Irán e Israel intercambian fuego, mientras Putin ofrece mediar con un misil en la recámara, y Kim Jong-un vocifera con advertencias a Occidente y amenaza con involucrarse directamente.
Una guerra nuclear no se escala, se ejecuta. Una vez que empieza, no hay negociación posible. No hay cese al fuego. Solo colapso.

Post Apocalyptic Urban Landscape (Dusk) / Bulgac