Te amo, pero me caes fatal: ¿Es posible amar a alguien que no soportas?

En el programa Martha Debayle en W, el terapeuta Mario Guerra explicó una de las situaciones más complejas y confusas en las relaciones amorosas: amar profundamente a una persona que al mismo tiempo te cae mal. ¿Cómo es posible? La respuesta está en el estilo de apego, la proyección emocional y la idealización que solemos construir en pareja.

Amor y rechazo: ¿Cómo pueden convivir?

Según Guerra, el amor no es un botón de prendido o apagado. No es una emoción unidimensional. Puedes sentir amor genuino por alguien y al mismo tiempo detestar aspectos importantes de su personalidad, como su forma de pensar, su comportamiento con los demás, su carácter o incluso cómo trata a tu familia o amigos.

Esto se debe a que muchas veces amamos por lo que esa persona nos hace sentir: seguridad, confort o una conexión emocional profunda, aunque su esencia no encaje con nuestros valores o expectativas.

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¿Amamos a la persona real o a la idea que creamos de ella?

Una de las claves que destacó Mario Guerra es que, en muchas ocasiones, nos enamoramos de una versión idealizada de la otra persona. Al inicio de una relación, solemos mostrar nuestra mejor cara. Pero, con el tiempo, surge la persona real con todos sus defectos y manías.

Ahí aparece el conflicto: amamos al que no existe y odiamos al que es. Esta ambivalencia puede hacer que nos quedemos atrapados en una relación disfuncional, incapaces de aceptar la pérdida de esa idea que construimos.

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El precio emocional de quedarte en una relación así

Permanecer en una relación donde amas pero no soportas a tu pareja puede ser altamente destructivo. Este tipo de vínculos, conocidos como relaciones ambivalentes, suelen derivar en codependencia, baja autoestima y desgaste emocional.

Según Guerra, muchas veces el odio proviene de una mezcla de dolor, frustración y resentimiento, al darte cuenta de que entregaste tu poder emocional a alguien que no lo supo cuidar.

¿Qué hacer si estás en una relación de amor-odio?

Mario Guerra recomienda dos caminos, dependiendo del caso:

1. Si son aspectos menores —como impuntualidad o ciertos hábitos molestos—, decide si puedes aceptarlos sin comprometer tu dignidad y tus valores.
2. Si el problema es que no te gusta quién es la persona en esencia, pregúntate qué estás proyectando en ella. ¿A quién estás tratando de complacer? ¿Qué necesidad interna estás intentando cubrir?

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La aceptación incondicional no es idealizar

El amor verdadero, según el psicólogo Carl Rogers, no consiste en amar todos los aspectos de alguien, sino en amar sabiendo que hay cosas que nunca vas a amar, pero que puedes aceptar porque el vínculo lo vale.

Si no puedes ver un futuro con esa persona siendo quien realmente es, tal vez sea momento de cuestionarte si se trata de amor genuino o de una dependencia emocional disfrazada de pasión.

Dale play y escucha la entrevista completa en: https://youtu.be/qIG-MCVehmQ