Irán e Israel: dos de los ejércitos más letales del mundo se enfrentan y la amenaza de una guerra moderna crece

Israel e Irán, dos de los países con los ejércitos más letales del mundo y los más poderosos de Oriente Medio, han iniciado una confrontación bélica.

El jueves 12 de junio una serie de explosiones sacudieron Therán, la capital iraní. Los primeros reportes indicaban que se trató de un ataque de Israel a propósito del programa nuclear que viene desarrollando Irán de algún tiempo para acá.

En menos de una hora, Irán repelió el ataque, bombardeando a su vez Israel. El ministro de defensa israelí, Israel Katz, ha declarado estado de emergencia en todo el país.

Dos ataques directos en una región de por sí cargada de conflictos, la mayoría de ellos auspiciados por el gobierno israelí (por no mencionar lo muy vapuleada que han dejado Palestina).

Volviendo al tema, dos de los ejércitos más mortíferos del planeta han iniciado una confrontación. No es algo qué tomarse a la ligera.

No empezó ayer

Desde la Revolución Islámica de 1979, Irán dejó claro que Israel es su enemigo número uno. Y desde entonces, Israel se ha esforzado en impedir, a como puede, que Irán desarrolle armas nucleares, tenga presencia militar en Siria, o influencia sobre sus vecinos. La guerra en Gaza desde octubre de 2023 fue gasolina para una fogata que ya estaba encendida.

Mientras Israel bombardea instalaciones en Siria, Irán mueve piezas a distancia: financia a Hezbolá en Líbano, arma a los hutíes en Yemen y entrena a Hamás en Gaza. Pero lo hace sin atribuirse el mérito. Su guerra ha crecido silenciosa y precisa.

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¿Quién tiene más poder?

Depende cómo el poder sea medido. Israel cuenta con 170 mil soldados en activo. No parece gran cosa, pero no es el único parámetro para medir su capacidad de destrucción, tampoco el más importante. Su fuerza verdadera reside en la tecnología, la inteligencia y la precisión con que llevan a cabo sus operaciones. Nadie mueve tan rápido sus tropas, drones o satélites como ellos. La Cúpula de Hierro intercepta misiles en el aire como si fuera un lince cazando aves, y sus fuerzas especiales entran, pegan y desaparecen sin siquiera enterarse cómo o por dónde llegaron.

Irán, en cambio, se mueve con ambición desmedida. Cuenta con más de medio millón de soldados y milicias armadas por toda la región. No necesita invadir, porque ya tiene a sus aliados donde quiere. En Líbano, en Siria, en Irak, en Gaza. La naturaleza de su poder está en el alcance. En la paciencia. Y su capacidad para generar caos sin levantar sospechas directas.

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Ciberataques, drones y sabotajes

Esta guerra entonces no se medirá por tanques o cazas, sino por códigos y señales. Mecanismos aún más siniestros, como virus que apagan centrales eléctricas. Trampas y explosiones que nadie se atribuye. Israel, por ejemplo, ha saboteado centrifugadoras nucleares dentro de territorio iraní. Irán, por su parte, ha hackeado sistemas bancarios israelíes. Un día desaparece un científico nuclear, al siguiente un dron se desploma con una bandera falsa. Es guerra moderna, aunque no menos brutal.    

Las potencias juegan doble

A ojos vistas, potencias como Estados Unidos, Rusia y China juegan en ambos bandos. A veces negocian con uno, a veces lo sancionan. A veces venden armas, otras veces piden paz. Aunque de fondo sepan, esas potencias, que de salirse este conflicto de control, el mundo entero estaría frente a un escenario aún más siniestro.

¿Y ahora qué?

Con la guerra de Gaza todavía activa, con Hezbolá amenazando desde el norte, y con Irán acumulando uranio como quien se guarda el confeti para el momento que llegue la fiesta, la pregunta no es si habrá una gran guerra, sino cuándo.  

Y si cuando eso pase, el mundo va estar preparado para ver a estos dos gigantes desatar todo lo que hasta ahora se han venido guardando.

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