Pide Iglesia católica no usar caso de abandono de recién nacido en una bolsa para promover el aborto

Al enfatizar que los bebés no tienen la culpa, este domingo la Arquidiócesis Primada de México, nuevamente manifestó su postura en contra del aborto al calificarlo como la muerte de un ser humano en desarrollo.

Tras recordar el caso de una pareja joven que decidió abandonar a su hijo recién nacido, al interior de una bolsa y en la vía pública, la Iglesia Católica lamentó que hay quienes intentan argumentar que para evitar una situación como esta, se debe aprobar el aborto.

Enfatizó que en el caso de Lucio “N” y Diana “N”, además de tratarse de un acto de crueldad, también es ilegal, por haberse intentado en meses de embarazo muy avanzado; sin embargo, refirió que ambos tuvieron una acción llevada por el miedo a un futuro incierto y ante una sociedad que cada vez es menos solidaria; pero también por la ignorancia de que existen medios para ofrecerle a ese bebé una vida, oportunidades incluso de tener una familia adoptiva.

Al afirmar que la sociedad es “de imágenes”, en su editorial del semanario “Desde la Fe”, Iglesia Católica responsabilizó a la publicidad “engañosa” porque dijo, hace creer que el aborto es un derecho, y que no pasa nada, incluso mencionó, “es como tirar un pedazo de células que invadieron el cuerpo, y es hasta que públicamente se ve a un bebé moviéndose, abandonado, luchando por sobrevivir, que la sociedad se da cuenta de un acto de crueldad”.

Insistió que, desafortunadamente, lo que “no vemos, no nos conmueve” pues cuestionó ¿cuántos bebés son desechados de la misma manera que se intentó hacer con este? Ante esto, refirió que ahora existe un linchamiento generalizado en contra de los jóvenes padres que intentaron deshacerse de su hijo; sin embargo, insistió, el problema es culpa de todos como sociedad, por no enseñar la verdad a nuestros jóvenes, por enseñar solo sobre derechos y no sobre obligaciones, por no construir un futuro esperanzador que se fundamente en valores y virtudes, en lugar de un futuro en el que parece que solo vale el que materialmente tiene algo para presumir.

Con ello, dijo, se ha convertido el embarazo y el tener familia en una amenaza al futuro que “deseamos”. Por último, reiteró, el bebé no tiene la culpa y no merecía ser desechado así, ni debería haber generado tanto miedo en los jóvenes padres.

Este caso explicó: es una lección para que, como sociedad, se valore la vida naciente, para cuidar a los jóvenes y hacerlos fuertes, pero a la vez darles esperanza en su propio futuro.