La culpa: ¿una herramienta para sanar o una carga paralizante?

En una charla reveladora en el programa Martha Debayle en W, el psicoterapeuta Mario Guerra abordó un tema que a muchos nos toca profundamente: la culpa. Desde pequeñas cosas como “llevo dos semanas sin hablarle a mi mamá” hasta comer una dona o no cumplir con expectativas propias o ajenas, la culpa se convierte en un viacrucis emocional.

¿Qué es la culpa y para qué sirve? Mario Guerra explicó que la culpa es una emoción secundaria que nos indica que hicimos algo que no debíamos o dejamos de hacer algo que se esperaba de nosotros. Sin embargo, no toda culpa es igual.

• Culpa adaptativa: Es constructiva y nos impulsa a reparar nuestros errores, mejorar nuestras relaciones y cambiar nuestras conductas.
• Culpa desadaptativa o tóxica: Nos castiga sin permitirnos sanar. Nos hunde en el remordimiento perpetuo y, en algunos casos, puede ser utilizada por otros como una herramienta de control o chantaje emocional.

La cultura de la cancelación y la culpa tóxica En este contexto, Guerra conectó la culpa con la cultura de la cancelación. “La culpa desadaptativa es la que guillotina, la que cierra toda posibilidad de reparación. Busca castigarte eternamente”, comentó. Esto es similar al fenómeno en el que una persona es cancelada sin oportunidad de redención.

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Cómo manejar la culpa de manera saludable Para transformar la culpa en una herramienta útil y liberadora, Mario Guerra propuso los siguientes pasos:

• Detener la conducta que lastima. Si sigues haciendo lo mismo que te genera culpa, no puedes avanzar.
• Reconocer el daño. Aceptar tus errores es el primer paso para enmendar el camino.
• Pedir perdón. Primero, muestra arrepentimiento genuino. Luego, explica tus razones, pero sin minimizar el daño causado.
• Reparar el vínculo. Enfócate en reconstruir la relación, más allá del acto cometido.
• Hacerte el propósito de no volver a lastimar. Cambiar tus acciones es la mayor muestra de aprendizaje y compromiso.

¿Y si la culpa no desaparece? Mario Guerra señaló que, a veces, la culpa persiste incluso después de haber hecho todo lo posible para enmendar el daño. En estos casos, es fundamental:

• Perdonarte a ti mismo: Reconocer que no eres omnipotente y que hiciste lo mejor que podías en ese momento.
• Identificar culpas infundadas: Pregúntate: ¿realmente soy responsable de esto o solo lo siento así?

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Cuando otros usan la culpa como arma Un punto clave de la charla fue el uso de la culpa como herramienta de manipulación. Algunas personas pueden mantenernos en un estado constante de deuda emocional para obtener beneficios. Guerra enfatizó la importancia de saber hasta dónde llegar para reparar y cuándo soltar esa culpa que ya no tiene sentido.

Reflexión final: La culpa como motor de cambio La culpa puede ser una guía poderosa para el cambio y la reparación, pero solo si la gestionamos correctamente. “No se trata de castigarte eternamente, sino de aprender, pedir perdón y liberar el peso que llevas”, concluyó Mario Guerra en Martha Debayle en W.

Este tipo de conversaciones nos recuerdan que la gestión emocional es un proceso continuo y necesario para vivir en paz con nosotros mismos y con los demás.

Dale play y escucha la entrevista completa en: https://youtu.be/k79zmSQOcM8