Polémica en Puerto Vallarta: funcionaria municipal admite desconocer sus funciones durante show de Franco Escamilla
Aunque la funcionaria intentó matizar posteriormente la situación en sus redes sociales, asegurando que su comportamiento correspondía al contexto de un show de comedia y que en el trabajo ejerce sus responsabilidades, el impacto mediático ya estaba hecho.

Funcionaria Puerto Vallarta
Durante un espectáculo del comediante Franco Escamilla en Puerto Vallarta, la funcionaria municipal Natalia Montaño Ruelas se convirtió en protagonista involuntaria de un escándalo que se volvió viral. Entre risas y comentarios, la servidora pública confesó no saber con exactitud cuál es su función dentro del Ayuntamiento: «Bebo mucho, como y paseo… ni sé qué dice mi gafete», declaró, provocando una mezcla de incredulidad y reproche en redes sociales.
Natalia, quien según la nómina municipal percibe un sueldo quincenal de aproximadamente 12 mil pesos pagados con recursos públicos, ocupa un cargo en la dependencia de Hacienda del Ayuntamiento de Puerto Vallarta desde marzo de 2025. Su aparición en el escenario de Franco Escamilla puso en evidencia, de manera involuntaria, un contraste entre la formalidad que se espera de un servidor público y la ligereza con que se expresó frente a la audiencia, lo que generó críticas inmediatas en plataformas como X y TikTok.

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El contexto del show y su comportamiento
Aunque la funcionaria intentó matizar posteriormente la situación en sus redes sociales, asegurando que su comportamiento correspondía al contexto de un show de comedia y que en el trabajo ejerce sus responsabilidades, el impacto mediático ya estaba hecho. La viralización del video abrió un debate sobre la rendición de cuentas, el manejo de recursos públicos y la percepción ciudadana sobre quienes ocupan cargos en la administración municipal, especialmente en un destino turístico donde la gestión directa de los servicios influye en la imagen y funcionamiento de la ciudad.
Este episodio refleja la tensión permanente entre la vida pública y la exposición mediática de los funcionarios, y cómo un momento espontáneo puede derivar en cuestionamientos sobre la profesionalidad, la transparencia y la responsabilidad de quienes son pagados con dinero de los ciudadanos.




